Aunque no viene mal un poco de reposo y tiempo para ver las fotografías y tomar conciencia del trabajo realizado, la impaciencia vence y acaban llegando aquí antes de lo que tenía pensado.
Intentando al menos recoger parte de lo que allí había: paisajes, gente, rostros, calle y -sobre todo- mucha vida.
Habrá más, qué duda cabe, aunque estoy por auto imponerme unas reglas que todavía no existen.
Como decía antes: Tiempo al tiempo.