miércoles, 31 de octubre de 2012

Cuando huyes


Y cuando huyes
todo bulle
y se evapora.


martes, 30 de octubre de 2012

Pájaros CXXI










Llueve y vuelas,
miro y huyes.

lunes, 29 de octubre de 2012

El instante decisivo eran más


Y es que a veces hay uno, pero a veces hay más. A veces ya pasaron, otros no llegarán nunca.
Los instantes en fotografía, qué parecidos a la vida.

Contaba el incomparable Henri Cartier-Bresson que cada momento, cada escena, cada acción tiene un instante -el famoso instante decisivo- que es clímax y resumen de su esencia, y que el fotógrafo ha de poner ojo, cabeza y corazón para tratar de capturarlo.
Que ese instante está ahí y solo hay que buscarlo.
Pero es que yo veo muchos.
Sí.
Menudo desastre.
Y me vuelvo loco, claro, y luego quién elige...

Cuando uno mira a través del visor, intenta escudriñar la escena.
En mi experiencia, que tampoco es ejemplo de nada, he de reconocer que me olvido de todo y miro.
Siempre, de un modo extraño, me reconocí espectador de cine tras el visor de una cámara. Observas pero no intervienes.
Todo lo que pueda surgir de ahí -composición, ritmo, encuadre, foco, y demás ajustes técnicos- no surgen de una racionalización sino de lo que yo llamo la intuición reposada.
Has aprendido algo y lo llevas tan dentro de ti que ya no necesitas pensarlo: sale solo.
Eso, qué duda cabe, sólo lo da la práctica.

Pero cuando miro una escena y me involucro en ella, de nuevo en mi experiencia, suelen surgir más de un instante, más de un momento, más de un clímax o un resumen.
La caleidoscópica fascinación que emana de un rostro que sonríe, las diferentes caricias que ofrece un gato contra un árbol, las múltiples posturas de un funambulista de parque y gorra. Una pelea de enamorados, un poeta en un bar, pescadores que zurcen redes en la orilla.
Todo está tan lleno de vida. Todo es tan inabarcable.
Qué difícil, Henri, ese maldito instante único del que hablas.

Tokyo, verano de 2012.
Dos adolescentes juegan y conversan alrededor de un banco en un parque cerca de Shinjuku.
Y una se levanta y baila, y la otra se ríe y hace que duerme, se vuelven serias y conversan, se hacen fotos e intercambian miradas cómplices.
¿Quién puede abarcar toda la escena con una fotografía? Yo no.
Yo las observo, primero sin la cámara. Luego me parapeto tras el visor y elijo unas cuantas imágenes. Vuelvo a olvidarme de la cámara para seguir viéndolas con los ojos de un turista fascinado.
Regreso a la cámara y grabo en vídeo un par más de instantes. Cambio a foto y busco ese momento que todo lo resuma.
No puedo.
Vuelvo tras el visor en el momento en que ellas se levantan y se van de la mano, riendo, cantando, felices.
Y yo me quedo allí, turbado, contento e insatisfecho a un tiempo. En mi tarjeta viajan ya conmigo -yo sin saberlo- ocho fotografías y cuatro vídeos que resumen ese instante.
¿Es uno, son muchos?
Quién lo sabe.


domingo, 28 de octubre de 2012

Mañana empiezo CLII






Cuando los sueños se te caen encima
los dibujos no pueden
subir por la escalera.
Cuando los sueños pesan
invaden el mañana
y así no hay manera
de que nadie empiece.

sábado, 27 de octubre de 2012

Las definiciones de un coche a vapor LVII










El coche a vapor quiere que inventen la teletransportación.
Y que la inventen ya.
Pero quiere, ingenuo como es, que si la inventan que la inventen bien.
Y eso ya es pedirle peras al mundo.

Mientras llega o no, se deja comer por la pasión e inventa tríos donde no los hay.
Debe ser que es sábado, y que aún le quedan fuerzas para pegarse un buen salto.

viernes, 26 de octubre de 2012

jueves, 25 de octubre de 2012

Montar un bar


Si para desarrollarse como ser humano hay que plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo, lo que es el hombre lo tiene mucho, muchísimo más difícil: tiene que montar un bar.

Y es que por muchos bares que haya, que los hay, son más los bares no montados.
Los bares no montados se acumulan entre los cúmulos y los cirros, y les crece musgo en sus barras de aluminio, sus sofás tapizados, sus cojines de Marruecos.
Tanta ilusión tras la presión del codo, el cigarro, la conversación recurrente.
Tanta proyección de deseos canallas, de libertad idealizada, de dormir hasta el almuerzo.

Los bares no montados son los sueños frustrados de los adolescentes que descubren en la noche su espejo imantado, son los sueños destartalados y despeinados de esos treintañeros que añoran el sabor del miedo que da la pérdida, y son los sueños maltrechos de los que pasan los cuarenta y ven en los bares -sobre todo en los vacíos- el lugar tranquilo, la comodidad del hogar, y se acuerdan de cuando eran adolescentes, de cuando eran estudiantes, de cuando estuvieron casados y de cómo todo eso se refleja en el parqué recién encerado, se refleja en la moqueta deshilachada, se refleja en el vaho que desprende el vaso translúcido.

Los bares no montados -sueños apócrifos de antes de acostarse- suelen tener, por este orden: la mejor música, estar lleno de amigos, una luz adecuada, nórdicas despistadas, limpieza hasta en los baños, botellines bien fríos, música en directo los jueves (que suene bien y que no moleste), camareros mejor que bien pagados, exposiciones de arte (a ser posible fotográficas, y de desnudos nórdicos) y ya para terminar un rincón donde dejar e intercambiar libros.

El bar no montado es un lugar caliente y se parece más al espejo que nos mira antes de salir de cena.
El bar no montado es abstemio y hace ya doce años que no juega a las cartas.
El bar no montado nunca hizo el amor en los baños de sí mismo.
El bar no montado lo montamos mañana.
Y a tomar por culo.

miércoles, 24 de octubre de 2012

No le pidas peras


Y manzanas a Armando
y mandarinas
a un chino.
Y las chirimoyas
ah, las chirimoyas,
las chirimoyas quién sabe.

martes, 23 de octubre de 2012

Pájaros CXX










No hay oriente ni occidente cuando el viento rachea mis deseos.
No hay nariz ni labios que paren la huida, no hay pájaros ni lluvia que duelan como el corazón de un pincho.
Luego el martes desaparece sin saber que, dentro de una semana, volverá a mostrarse como nuevo.
Y ahí estaremos.

lunes, 22 de octubre de 2012

Pompas en el parque


















Tan fácil como dejarse llevar por el juego. ¿O era el viento?
Tan fácil subir como bajar.
Tan fácil como mirar a través a la vez que reflejarse, ¿o aquello era difícil?
Tan fácil como echar una y otra vez la misma fotografía y que siempre te parezca distinta.

domingo, 21 de octubre de 2012

Mañana empiezo CLII






Mis sueños y mis pensamientos suben y bajan. Es por eso que viven -no sé si libres- en una escalera.
A veces los sueños bajan y los pensamientos suben, otras veces es al revés. Pero siempre, cuando se cruzan en la escalera, se saludan de un modo cortés y algo viejuno.
Hay también ocasiones en que suben o bajan juntos, de la mano, y entonces, la mayoría de las veces, se confunden, y no sabes qué es pensamiento, qué es sueño.

Hello Kitty (5 y 5) y Adolf Hitler (5 y 5)


Hello Kitty fue creada en 1974 por Yuko Shimizu con un único propósito: viajar en el tiempo hasta 1923, a la cárcel de Munich donde Adolf Hitler estaba preso, y arañarle la parte de atrás del cuello, su único punto sensible.

Mientras aquel el minucioso plan iba cobrando forma, otra Yuko, la Yamaguchi, vendió los derechos de la gata a la compañía Sanrio, que empezó a comercializarla con muchísimo éxito.

Pero Shimizu sabía que Kitty había nacido con una razón, así que la robó de su jaula en enero de 1981, y con un pasaporte falsificado y tres biberones de leche volaron a Benidorm,  donde se había abierto por aquel entonces una conocida brecha espacio-temporal por la que poder viajar al pasado.

Pero nada iba a ser fácil.
Dos agentes de la CIA, enterados de la conspiración, viajaron a España para evitar que una gata y su lacito cambiaran el devenir de los tiempos, aunque antes de capturarla decidieron tomarse unos pamperos & coca cola con un par de suecas que habían conocido en la recepción del hotel.
Yuko Shimizu, que había pagado millones de yenes a Genaro Pérez, botones del hotel, para que le informase de cualquier movimiento raro, y estando sobre aviso de la llegada de los agentes, disfrazó a Hello de Pedro Almodóvar, así que como todavía no lo conocía nadie pudieron escapar sin problemas del hotel, gafas de sol mediante, para dirigirse a los límites con Alfaz del Pi, donde se situaba la brecha temporal.

Lo que no podían prever es que allí les esperaran Lucky Luke y Salvador Dalí, con pases VIP para la discoteca Pachá.
Y como no hay gata que se resista a un baile por mucho mundo que haya por salvar, esa noche loca marcaría, sin quererlo, el devenir de nuestra historia más reciente.

El del mundo porque Hello Kitty viajó en el tiempo, ya que tras salir del after a las nueve de la mañana, descubrieron que la brecha, cansada, se había cerrado sobre sí misma.
El de Hello y Lucky, porque de aquellos bailes sensuales y erótico festivos nacieron trazos (llamémosles divinos) que conformaron el dibujo de un Gazpacho y un Mochilo con mucho que ofrecer a un mundo ávido de aventuras.
Y el de los dos agentes de la CIA, porque, despedidos a través de una video conferencia, decidieron montar una compañía de pipas a la que llamarían Grefusa.

Tan felices estaban todos que nadie se percató que Shimizu había desaparecido de la discoteca para entrar en la brecha y viajar a 1735, directa al entierro del emperador Yongzhen, cuarto emperador de la dinastía Qing, no sin antes haber enviado una carta contando toda esta historia a Art Spiegelman.
Misiva que, o bien no llego, o no fue todo lo bien atendida que debería.

sábado, 20 de octubre de 2012

En mí mismo














Tengo ganas de pasar una mañana de sábado entera dibujando con un lápiz, manchando de grafito mis dedos, volcando la espalda hacia delante, frotando los grises con un trapo, buscando el color a través de las ceras, oliendo el té que se enfría mientras repaso con goma las huellas que después de todo permanecen.

Cuando vuelva la lluvia, me digo, pero sé que me engaño.

Tengo ganas de volver al trazo, de sentir la presión de mano, papel y mesa en un único gesto, de modular las líneas para bailar sobre el blanco, de descubrir la huella del dibujo anterior en el que ahora nace.

Será el que viene, seguro, me miento.

jueves, 18 de octubre de 2012

Poética


Para 
poesía
yo.

Facturas & eslóganes


Porque ante las facturas
o te quedas sin palabras
o la tipografía crece.

martes, 16 de octubre de 2012

Pájaros CXIX










Porque ir
es moverse.
Así que
vamos.