martes, 31 de agosto de 2010

No me vengas



De venir e irse: al menos la mitad de las historias que me han contado tratan de eso. De alguien que viene, que llega, que aparece, o de otro que se va, que huye, que desaparece.
Claro que la otra mitad, de las mejores historias que he disfrutado, tratan en realidad de los que se quedan.
Y esas, a qué engañarse, son las más difíciles...

La independencia de las tiras



Me lo han pedido, y como no he sabido decirles que no, les he dicho que sí.
La mano, el caracol, el coche a vapor o el pájaro.
Todos quieren su independencia.
Y la van a tener.

Es cierto que de algún modo me autoimpuse que en este blog no hubiese demasiadas etiquetas. Dibujos, cortos, fotografías, historietas y textos eran -al menos al principio- más que suficientes.
Pero a medida que las entradas crecen, la cosa se va expandiendo inevitablemente, y aunque tiras como "Mañana empiezo", "El coche a vapor" o "Pájaros" son efectivamente historietas y podrían estar clasificadas como tal, poco a poco han ido reclamando su pequeño hueco, su importancia.
Mucho más si cabe tras este verano, prolífico como poco en la escritura de nuevas desventuras de estos personajes.

Así que, aunque entendiendo que es algo sin demasiada trascendencia y que sólo me importa a mí, a partir de ahora estas tres tiras tendrán su propia etiqueta en este blog, así como una presencia bastante más constante (mi yo excesivo, de nuevo, me puede).

¿Y el caracol bombero? Él también me reclama una tira sólo para él, claro, pero me temo que tendrá que esperar.
Hay otros planes esperándole...

lunes, 30 de agosto de 2010

Animales de aire aposentado











Regreso al territorio conocido...
Regreso a la mesa de dibujo cubierta de polvo, a los trazos sin pensar, a escuchar la música en la lejanía, a los pájaros las jirafas los peces y los caracoles...
Septiembre se asoma.
Las líneas blancas se entremezclan con el sueño, el calor se mezcla con la textura.
Y de la espera y el regreso nacen los dibujos...

jueves, 26 de agosto de 2010

Viaje a Brasil I















No hace tanto del regreso.
No hace tanto del estar al otro lado, de sentir el otro tiempo, la otra vida.
No hace tanto de las horas en autobús, de las noches de hotel, de las caminatas por los empedrados, de la arena lejana y distinta, del descubrir continuo.
No hace tanto del cansancio constante, del no parar, del aún me queda esto o del no me da tiempo a todo.
No hace tanto pero ya estamos aquí.
Con el ritmo retomado, las lecturas incompletas, las siestas de antes, la noche.

Demasiado poco el tiempo transcurrido para poder analizar los días vividos, las horas intensas, la belleza de la diferencia.
Tendrán que pasar todavía algún tiempo, tranquilo en la ribera.
Tendrá que aposentarse la mirada, reposar los recuerdos, inventar y mentir para que todo cuadre.
Pero mientras tanto por qué no unas imágenes...


miércoles, 25 de agosto de 2010

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que el mundo no es redondo sino plano L



344) Porque Alberto, el padre de Dios, que supuestamente había creado al hombre a su imagen y semejanza (permitidme que me ría: ja, ja, ja) necesitaba, ya que lo había creado con traje y corbata y con prisa para poder coger el metro en Valdeacederas, necesitaba digo un lugar donde el hombre pudiese vivir, y de ese lugar, al que llamarían Tierra, tendría que encargarse Dios.
Dios, que no era tuerto, vio cómo su padre había creado al hombre permitiéndole usar sólo un 10 % de su capacidad craneal, y ni corto ni perezoso decidió copiarse como un mono, y al planeta en cuestión (no fueran a convertirlo en vivienda de VPO) le cortó una rebanada y le dijo:
"Toma, pa tu cerebro".

345) Porque nosotros no somos sino títeres en este mundo teatrero, a merced de "quien maneja los hilos".
Si el mundo fuese redondo, sería un coñazo controlarlo para quien maneja los hilos, y para quien maneja los hilos nada, nunca, puede ser un coñazo.
Así que el mundo es plano y los que manejan los hilos lo controlan todo todo.

346) Porque no, no somos ni Romeo ni Julieta, ni estamos en la Italia medieval, ni estamos en un mundo redondo. Karina dixit.

347) Porque Dios, con todos sus defectos, bien sabía que la Tierra es el típico planeta chungo que te pita en el detector de metal de los aeropuertos, incluso si te vas de vacaciones a Kenia.
Así que decidió que fuese plano diez días antes de cogerse los días esos que le debían, ya que quieras que no es más cómodo sacarlo de su funda y volverlo a meter.
Así que ya sabéis: Si hace calor no es que estemos en verano, es simplemente que Dios está de vacaciones en Kenia.

348) Porque sería demasiado triste pensar que una rosa pueda crecer boca abajo.

349) Porque si sumamos el valor de las letras de las dos palabras "plano" y "redondo" en función de su situación en el abecedario nos saldría:
P(16)+L(12)+A(1)+N(14)+O(15)= 58
R(18)+E(5)+D(4)+O(15)+N(14)+D(4)+O(15)= 85
O lo que es lo mismo, valores capicúas.
O lo que es lo mismo, que es lo mismo: Plano y redondo son los mismos conceptos de una misma moneda.

350) Porque por aquel entonces, cuando la Tierra no existía todavía y sólo podíamos encontrar a Marbella y a Kuala Lumpur a medio construir, los objetivos gran angular aún no se habían inventado.
Existían ya las cámaras digitales, claro -pues no son listas ni ná las empresas Canon y Nikon, vaya- pero ninguna pasaba de los 10 megapíxeles, y la focal más corta era el 50mm. a 1.4.
Dios, viendo el panorama, se dijo:
"No lo voy a hacer redondo, que se me sale del encuadre".

martes, 24 de agosto de 2010

Blanca II















Había prometido una segunda entrega y aquí está.
Dibujitos, ilustraciones y acompañamientos varios de la historia de Blanca.
Trazos que tienen ya un año, qué jóvenes pardiez.
Celebremos pues su buen porte.
 

Mi yo



Mi yo desposeído
habita sólo en lejanía
y dormita desde hace rato
en un dibujo desgastado.

Mi yo deshabitado
se cubre de cantos encogido
mientras acechan sus rodillas firmes
al libro que cae y desvanece.

Mi yo desencajado
grita pero no viaja
su eco en la pradera.

Mi yo desvencijado
suspira en parques otomanos
aquella mirada inquieta
de mirlos, tortas y abedules.

Mi yo aspirado nunca llegó
y en este mundo enrevesado
cuela y desgasta
una manta entre sus días.

Pero mi yo de siempre,
mi yo recién estrenado,
mi primoroso yo
de nadas, collares y anatemas
me posee en su impaciencia,
y sin casa ni dueño ni traje
se desliza indolente
por el lento tacto
de las sábanas al sueño.

domingo, 22 de agosto de 2010

Mañana empiezo LXIX







El día menos pensado...
El día menos pensado la mano sueña, la mano inventa, la mano despierta.
Mientras tanto hay excusas de tiempo, amores clavados en forma de lápiz, fotos que sustituyen trazos y el óxido que todo lo inunda.
Un buen descanso mientras llega lo otro...

sábado, 21 de agosto de 2010

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que el mundo no es redondo sino plano XLIX



337) Porque Nostradamus ya lo predijo.
Y si algún listillo (de los que por cierto abundan en este mundo tan plano) piensa que cómo puede alguien PREDECIR ALGO QUE YA HA OCURRIDO, pasaré por alto ese pequeño detalle para deciros que no, que lo que predijo Nostradamus es que un tipo como yo desarrollaría cual mancebo implacable estas 365 irrefutables razones.
Bueno, en realidad lo que Nostradamus dijo, ya sabéis, fue:
"Y la cabra del sur despertará su furia en año par, y nos regará sentencias de rebanada y fuego"
¿¿Hace falta traduciro??

338) Porque por alguna extraña razón que no puede sino estar vinculada a estos hechos planos de los que nos gusta tanto ocuparnos, los pantalones a cuadros nunca pasarán de moda, mientras que las más que apreciables camisetas de lunares permanecen guardadas y bien planchadas en nuestros cajones, en espera de festejos singulares que requieran su presencia.

339) Porque un avance tecnológico imparable hace que en este momento crucial para la historia de la humanidad (estamos a pocos días para que sea 8 de septiembre en Cuenca), los almacenadores de memoria conocidos como DVD (planos y redondos como ellos solos) estén cediendo sitio inexorablemente a los discos duros (rígidos, sí, pero gruesos y bien hermosos).
¡Pídeme uno de un tera!

340) Porque una tal Fátima se lo dijo susurrando a tres pastorcillos.
Ellos, que venían de ver Heidi, pensaron que era un secreto, pero no. Simplemente se trataba de que Fátima había salido la noche de San Fermín y estaba algo afónica.
Y luego, eso sí, todo se hizo una bola...

341) Porque hasta la bandera de Brasil, que parece incluir un círculo azul, por un lado nos lo muestra circunscrito en un rombo amarillo, que a su vez está enmarcado en el paño verde, pero es que encima viene subrayado por el lema "Orden y progreso".
¡¡Orden y progreso, señores!!! A ver si vamos enterándonos...

342) Porque con la plastilina, como ocurre con los paquetes de seis donuts, la cosa es un empezar y no parar. Y aunque te duela la barriga después ahí que estás, dale que te pego con la plastilina, dale que te pego con la plastilina, lo aplastas con ese dedo que no para, y la cosa acaba siempre en plan morcillas.

343) Vamos a ver, señorito Hernández: ¿Qué es eso de que la Tierra es redonda? ¿Acaso no se ha estudiado la lección? Me va a traer para mañana escritas a doble espacio y traducidas al árabe las 342 razones que llevamos estudiando, y la próxima vez que le pregunte por la 176 me la dice palabra por palabra, y no me cambie la naranja por un limón ni medio limón, ay qué caramba...

jueves, 19 de agosto de 2010

miércoles, 18 de agosto de 2010

El instante frustrado



No era verdad lo que nos habían contado.
O a lo mejor sí...

Estás ahí. En el fondo no sabes muy bien si lo has decidido tú, pero ahora, después de todo lo pasado, lo único que importa es que estás ahí.
Cogiste un avión, cambiaste el rumbo a última hora, bajaste hasta Argentina para ver unas cataratas y hete aquí que te encuentras frente a la majestuosidad del agua que cae con violencia, hete aquí que disfrutas de un día de frío y lluvia, tras cruzar dos fronteras, paseando por los caminos alto y bajo de la ribera de río Iguazú.

Y ocurre, como siempre, cuando menos te lo esperas. Sí.
Aparece un pájaro.
Tiene el vientre amarillo y el pelaje azul y negro.
No lo conoces, claro. Eres un completo ignorante en cuanto a pájaros.
Siempre te gustaron, les dedicaste historietas, los dibujaste en diferentes actitudes y hasta uno llevas tatuado en el hombro.
Pero por saber, pobre iluso, sólo sabes que vuelan.

El pájaro es hermoso.
Se ha plantado en mitad del camino bajo, ahora que no llueve y que tú llevas ingenuo pero decidido la cámara colgando al hombro.
El pájaro es hermoso y grande, y pese a que estás cerca no parece demasiado asustado.
Hay que hacerle una foto.
Eso está claro.

Y volvemos al principio. Estás ahí. Tu yo viajero con la cámara, frente a un hermoso pájaro claramente dispuesto a dejarse fotografiar.
(Inciso: Es lo malo de la imagen. Habéis visto la fotografía y ya sabéis el final de la historia. O de la no historia. Sí, el pájaro voló. Fin del inciso).
Expandí el 200mm, enfoqué a conciencia, pero, por una vez, en lugar de disparar, en lugar de capturar o de fotografiar, me dediqué a mirar.
A contemplar.
Enfoqué una, dos y hasta tres veces. En las tres el enfoque automático y los puntos rojos me dieron perfecta referencia del pájaro posado.
Pero yo seguía mirando. Disfrutando con la mirada.

Y claro. Pasa lo que pasa.
Pasa lo que pasó.
Justo en el momento de disparar, justo en el momento antes de disparar te das cuenta de que ya lo sabes. Sabes que el pájaro echará a volar. Y aún así disparas. Y aún así echa a volar.
¿Recuerdas, pobre iluso? Lo único que sabías de ellos era que volaban.
Qué inflexible el tiempo, pardiez.

Tiempo detenido, lo llaman alguno. Instante decisivo, así nos lo vendieron.
¿Instante decisivo? No, no era verdad lo que nos habían contado. 
¿O tal vez sí?
En cualquier caso, esto es la fotografía.

P.D. Recuperado del viaje y bien aposentado en tu poca vergüenza sabes, como supiste ya en el momento mismo del disparo, que habías perdido una buena foto, pero que habías ganado una entrada más en este blog.
Lo comido por lo servido, que dicen en mi pueblo.

lunes, 16 de agosto de 2010

Si tú eres mi hombre




Si tú eres mi hombre 
y yo tu mujer,
tenemos distintas secciones
en El Corte Inglés.


domingo, 15 de agosto de 2010

Mañana empiezo LXVIII







De los lápices que no salen, de las lunas nuevas y los cortometrajes que se pierden entre llamas...
La inactividad se pega.
Cuanto más duermes, más sueño tienes.
Y así hasta el infinito, y más allá.

Luego vendrán las cosquillas, y las locas pasiones.
Pero eso será mañana, claro.

sábado, 14 de agosto de 2010

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que el mundo no es redondo sino plano XLVIII



330) Las palmeras de chocolate son el más evidente paradigma de que el mundo es plano.
Veamos:
Una palmera. La planta.
Todos sabemos cómo es una palmera.
Más o menos alta, con más o menos hojas, pero está claro cómo es.
Ahora estamos en 1757 y el amigo Olivier Márquez, pastelero por parte de padre, decide inventarse un pastel en honor de esas plantas que se expanden en el aire, decide bañarlo en chocolate y llamarlo con el ingenioso nombre de "palmera de chocolate".
Y decidme:
¿Lo hace con forma de palmera? ¿Lo hace con tallo y hojas?
Pues no, claro que no.
Y él dice que es una palmera, y nosotros asumimos que es una palmera, aunque se parezca mil veces más a un corazón (y eso que esto último también es discutible).
¿Qué es lo que hace Olivier?
Simplifica, señores, simplifica.
Pues con Dios y con la Tierra, igual. 
Si es que es más fácil de lo que parece...

331) Porque de tan evidente que es, mi vecina Maripuri ya ni aparece.

332) Porque si el mundo fuese redondo y encima girase (lo escribo y no sólo suena absurdo sino que me da como repelús)  no existirían las empresas de transporte tal y como las conocemos, por lo menos en Andalucía.
¿Un avión de Londres a China? Bastaría con inventar un jarabe que nos dejase flotando (algo barato, sin muchos edulcorantes, algo así como la vacuna del N1H1) y esperar que en menos de un par de meses la mágica y fascinante Shanghai se posase bajo nuestros pies...

333) Porque llevaba Dios mirando la redonda y reluciente calva de Buda con la superioridad que da saber que su religión era mejor, y se decía para sí:
- "No, Dios, así no"
Y se reía.
- "Ni como broma voy  hacer la Tierra así. No. Vale que son buena gente, tranquilotes y eso, pero así, tan calva, tan reluciente, tan esférica no..."

334) ¿Habéis visto la gente que corre? ¿os habéis fijado en la cantidad de gente que hace footing?
Pues si el mundo fuese redondo, todos esos corredores (sí, y corredoras) harían inevitablemente que la Tierra girase más rápido, y (no todos, vale, porque algunas veces se contrarrestan) habría días que durarían 20 horas treinta y ocho minutos (qué cabrones los que corren, sí, que no me dejan dormir...)

335) Porque en la acepción número 10 del término "redondo", la RAE dictamina: "10. fig. Perfecto, completo, bien logrado".
Seamos honestos... ¿¿el mundo es redondo??

336) Porque el símbolo del conjunto vacío nace de cuando Dios estaba garabateando cómo diantres hacer la Tierra esa que su padre Alberto le había puesto como tarea.
Lo cierto es que sí se le ocurrió que fuese redonda, pero sólo un momento, pues después de comerse unas pizzas se había tomado de postre una bola de cacao con leche condensada rodeada de trufa llamada brigadeiro (en honor al brasileño Eduardo Gomes), pero cuando la digestión de aquello empezó a hacérsele pesada enseguida lo desechó, tachándolo enérgicamente.
Conjunto vacío.

viernes, 13 de agosto de 2010

Blanca I





















Hace ya un año una amiga me pidió unas ilustraciones para un relato suyo sobre el siempre espinoso tema del maltrato.
La primera de ellas estaba pensada como portada y las demás para el interior, aún sin saber si irían o no en blanco y negro.
Fruto de aquello surgieron una veintena de dibujos de los que muestro hoy una parte.
Dentro de poco haremos una segunda entrega.

Pienso ahora en los cajones desempolvados todo este tiempo, pienso en los textos, las tiras y los dibujos, que ya escasean.
Pienso en el verano que se va escapando.
Los cajones, el viento, el tiempo que inasible nunca para.
Habrá que ponerse para que nada cambie...


miércoles, 11 de agosto de 2010

Baños de sol y reflejo















El olor a verano, el olor a mar y chapoteo, el olor a reflejo distorsionado en el agua...
O todo lo que es bañarse en la playa.

Dejarse seducir por la plasticidad del agua, por los cuerpos que se emborronan de brillos y se retuercen en su propio reflejo. Dejar que la forma se expanda, que el caleidoscopio se apodere de un brazo, que las piernas requiebren al espejo con sólo un aleteo.

Estar allí, mirar, apretar un botón.
Y luego bañarse.

martes, 10 de agosto de 2010

lunes, 9 de agosto de 2010

La escafandra y la mariposa (cines Renoir)



Por los insondables vericuetos de la empatía a flor de piel...

Y es que a veces sucede.
Normalmente, cuando menos te lo esperas.
Probablemente debido a un sinfín de pequeñas razones que se suman y se convierten en una sola.
Pero ahí está.
Te metes en la piel de un personaje, sientes lo que él siente, sufres lo que él sufre, vives, ves, escuchas y te rebelas con él.
Y es duro.
Pero es hermoso.

Hablo de lo que yo sentía en la visión de "La escafandra y la mariposa" dirigida por ese cocinero antes que pintor antes que cineasta llamado Julian Schnabel.
Y lo que sentía era precisamente ponerme en el lugar del otro. En el lugar de ese personaje encerrado en su propio cuerpo, aislado del mundo por el que sólo consigue sujetarse a través de su párpado izquierdo. Y de ahí precisamente nace y parte la magia.

Dura, tierna, intensa, conmovedora, veraz. Es fácil calificar, los adjetivos se suman.
Pero tú no sufres por el protagonista porque te obligan a "ser" el protagonista. Y entonces tus sentimientos cambian. La incomodidad y la rebeldía se instalan durante todo el metraje. 
Y así es más fácil entenderlo todo.
Y así, cuando más incómodos, más perplejos, más angustiados (como protagonistas, como espectadores) nos sentimos, más vamos a experimentar las ganas de vivir, las ganas de salir adelante, de expresarnos, de contar, de comunicarnos...y ese alegato se convierte en nuestra única razón de ser...

Una película suele ser un pequeño engranaje de muchas piezas en las que es difícil que todo encaje. 
Viendo "La escafandra" me parecía que todo se engarzaba de un modo especialmente mágico. Las interpretaciones (geniales Mathieu Almaric, Marie-Josee Croze y Max Von Sydow), la fotografía, la banda sonora (Tom Waits en el corazón) o los paisajes...
Todo forma en perfecto compás parte de una misma cosa. 

Recuerdo haber llegado a Madrid para sólo tres días y mi encuentro con esta película era una cita ineludible de mi agenda.
Recuerdo cómo permanecía en cartel sólo en sesión de madrugada, y cómo me dispuse a verla poco antes de la una de la madrugada.
Y recuerdo cómo a pesar del cansancio, a pesar de la hora, a pesar de los condicionantes en contra una historia así destroza el espacio (ya no estás en una sala de cine a oscuras sino en un frío hospital al sur de Francia) y el tiempo, pues no es ni de madrugada ni de día sino que simplemente es, que ya es bastante.

Y las letras que pasan, y las letras que permanecen, y las letras que forman palabras, y las palabras que le dan sentido a todo.
Y las imágenes que dan vida a las palabras.
La emoción del padre, las ganas de seguir viviendo, la frustración de no poder, la constancia del que acompaña, la aceptación de la realidad más cruel...

Hay ocasiones en que la magia del cine hace que podamos sentirnos héroes durante una hora y media y está muy bien. Podemos volar, salvar el mundo, capturar a los malos.
Pero la empatía se mueve también por otros vericuetos, igualmente interesantes.
Y este es un claro ejemplo.

Hay mucho de agradecimiento cuando la cinta acaba y a las tres de la madrugada te vas andando a casa como en cámara lenta.
Hay mucho de gracias a los actores por ese regalo maravilloso. Hay mucho de agradecimiento al director por ordenar ese complejo puzzle. Claro que también hay mucho de agradecimiento a Jean D. Bauby por su vitalidad y tenacidad en hacernos llegar a través de su párpado todas sus sensaciones, su soledad, su claustrofobia, su lirismo, su capacidad de volar y de ser libre.
Y hay mucho que agradecer al cine, esa magia entre cuatro paredes que se libera, se proyecta y se expande, prolongando su poder en el espacio y el tiempo...

Es dura la película sí.
Pero terriblemente emocionante.
Y se disfruta como tal.