No hace tanto del regreso.
No hace tanto del estar al otro lado, de sentir el otro tiempo, la otra vida.
No hace tanto de las horas en autobús, de las noches de hotel, de las caminatas por los empedrados, de la arena lejana y distinta, del descubrir continuo.
No hace tanto del cansancio constante, del no parar, del aún me queda esto o del no me da tiempo a todo.
No hace tanto pero ya estamos aquí.
Con el ritmo retomado, las lecturas incompletas, las siestas de antes, la noche.
Demasiado poco el tiempo transcurrido para poder analizar los días vividos, las horas intensas, la belleza de la diferencia.
Tendrán que pasar todavía algún tiempo, tranquilo en la ribera.
Tendrá que aposentarse la mirada, reposar los recuerdos, inventar y mentir para que todo cuadre.
Pero mientras tanto por qué no unas imágenes...