sábado, 30 de noviembre de 2013

viernes, 29 de noviembre de 2013

jueves, 28 de noviembre de 2013

Vísteme de viento


El viento siempre gustó de jugar
con su hermana menor la brisa,
cuando le sopla ve
cómo sale volando la b,
y entonces le da la risa.

martes, 26 de noviembre de 2013

Pájaros CLXIX






Cuando chicos nos decían que hacía tanto frío
que se nos iban a congelar hasta las ideas,
así que lo que nos salva a diario
del gélido aburrimiento de crecer,
es que en nuestra cabeza las historias
sigan bullendo como lava en la mesosfera.

lunes, 25 de noviembre de 2013

¿Está la muerte? Que se ponga


¿Está la muerte? Que se ponga.
Estoy paseando por el cementerio de Moscú, cámara al cuello pensando -no queda otra- en la vida, la muerte y el teatro.
La tarde cae mientras las nubes continúan impasibles deshaciéndose entre mentiras y vientos. En un árbol los pájaros se cuentan secretos antes de reanudar el vuelo. Y no hay adolescentes.

Todo transpira solemnidad y trascendencia. Todo pesa más, como si paseases por Júpiter y hasta te da miedo pensar más alto de la cuenta.
Todo pesa más, todo trasciende, sí, hasta que la ves a ella.
A aquella estatua.

Aquella estatua estaba en una esquina, abierta al jardín y los pasillos, pero sabiamente resguardada de sus compañeros de fila. Representaba a un general (¿comandante, coronel? nunca supe, maldita sea, de escalafones) en un gesto recio, altivo, imponente y serio mientras sostenía un teléfono.
Y fue justo ahí cuando me di cuenta que yo iba en vaqueros, que las nubes del cielo en realidad se abrían a los últimos rayos del día, que me apetecía escuchar tanto una canción de Albert Pla, y que, por qué no, no estaría mal sacarse un moco allí mismo.

Sí.
Me acordé.
Pero primero me acordé de él, claro.
De Gila.
Gila y su teléfono, Gila y su famosa frase: ¿Es el enemigo? Que se ponga.
Y es que no habrá mejor lugar que un cementerio para desacralizarlo todo. No habrá mejor espacio para celebrar la vida como es: un regalo, un absurdo, una sorpresa, un presente. Una maravilla con diferentes envoltorios.
Y es que no habrá mejor lugar que un cementerio para reírse de la muerte. Para burlarla, para bailarla, para guiñarle, entre el corazón y el respeto, y jugar al pilla pilla desde muy lejos.

Y entonces viajas de Júpiter a Plutón y sientes como tu cuerpo levita. Sientes la risa de las hojas, el dulzor de los secretos.
Y te alejas, y sales del camposanto, y te adentras en una avenida inmensa mientras inventas mentalmente un imaginario diálogo entre tú y la muerte (que se ponga, le has dicho) y notas cómo los transeúntes te miran, qué tendrá ese tipo que se ríe solo, a carcajadas, mientras pasea sin rumbo, alejándose tan feliz de un cementerio.

Qué tendrá el domingo



domingo, 24 de noviembre de 2013

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que los mayas tenían razón y el fin del mundo llegó el 21/12/12 (XLVI)


316) Porque un prestigioso estudio estadístico encargado por el magnate Agtram Rabpti a la Universidad de Alabama dice que nueve de cada diez mayas creen que el fin del mundo llegó en diciembre de 2012, y lo afirman tajantes en la cola de la carne, viendo la tele y hasta durmiendo la siesta en espera de que el próximo mundial de fútbol les traiga alegrías injustificadas y vaporosas.

317) Porque según tres científicos noruegos del Community International College de Oslo, las ratas que permanecen más de cuatro días sin leer a Camus pierden completamente la noción de que existe el jueves. Este trastoque semanal deriva en problemas interdisciplinares, que hacen que los cocodrilos del Nilo hagan huelga en verano, que las cacatúas pierdan el interés en procrear, y que el fin del mundo salga al balcón a increpar a los vecinos que en la otra acera de la calle hacen el amor con la ventana abierta.

318) Porque tal y como recoge el experimento realizado como práctica en clase de astronomía, mandado por Alberto Díaz Moreno a sus alumnos de 2º B, uno de cada diez planetas del sistema solar tiene por costumbre finalizar su existencia sin justificarlo al tutor, y desapareciendo sin reparar en los perjuicios que semejante tontuna lleva consigo.
Hay que añadir que dicho experimento, calificado con un 7'5, no fue hecho por Cristobal Hernando, pese a que sus compañeros lo incluyeron, porque había estado viajando por Saturno para coger caracoles y ayudar en la economía familiar, que la cosa está muy mala.

319) Entretantos Leopardos Feroces, Intercedieron Nebulosas DEL Misántropo Uraño Dirigiendo Oropeles.

320) Porque hay un informe elaborado por la Universidad de Bristol y corroborado aunque solo en un 85% por la de Carolina del Norte, que dice que la Universidad de Carolina del Norte corrobora los estudios de la de Bristol en un rango que va del 82 al 87%. Cuando el fin del mundo quiso estudiar un master en antropometría inversa en Bristol, los estadísticos impares pensaron que su masa corporal equivalía al 15% de Carolina, esa chica chica boom, del calibre 136.

321) Porque según el fin del mundo, el cien por cien de los habitantes de la Tierra o es tonto o no existe.

322) Porque según los investigadores pagados por una multinacional azucarera, los beneficios de ésta se incrementarían un 37% porcentual cuanto más amarga se le haga la vida a los habitantes de la Tierra.
Dispuestos a hacer caso de las estadísticas, los de la multinacional no pagaron el estudio, por lo que los investigadores convencieron al maya del estudio de Alabama que faltaba por creer que el fin del mundo llegaría, y el petardo final se produjo satisfecho por tener nada menos que un 100% de fiabilidad maya.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Las definiciones de un coche a vapor LXXI






Las definiciones a veces son espejo
que reflejan los miedos
de nuestros propios miedos.
Quizá por eso haya que dejar
las puertas siempre abiertas.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Congreso Häagen Dazs



Negativo


Por muy negativo que esté
sé bien que no será nada
que no pueda revertirse
en un cuarto oscuro
con la luz de tu ampliadora.

jueves, 21 de noviembre de 2013

miércoles, 20 de noviembre de 2013

martes, 19 de noviembre de 2013

Pájaros CLXVIII




Porque cuando
te vas
miro al sol
y lo veo todo negro.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Viaje a Japón V










Ahora que uno no puede, al menos que no le quede la cosa de intentarlo.

Ahora que uno no puede viajar, qué mejor que intentar hacerlo a través de las carpetas, de los archivos, de los momentos.
Ahora que uno no puede, cómo se disfruta bucear entre la gente, el metro, las calles y el ambiente capturado.
Ahora que uno no puede quiere poder, y con eso -cosa de la voluntad- basta para que se pueda.

Viajar es, como quien respira, una necesidad saciada hasta en el cuarto más pequeño.
Viajar es, como quien vive, una piel cosida a los andares.
Ya no es solo la imaginación, son los recuerdos.
O los bits, qué cosas.

Y ahora que uno no puede, puede.
Porque viajar es infinito más uno.
Porque viajar es volar.
Porque viajar es descubrir, descubrir siempre, hasta en el pasado.
Porque bucear por estas carpetas es volver a sentir, es volver a descubrir y a disfrutar.
Si encima sabes que dichas carpetas volvieron repletas, te queda material para que los sueños y las ganas de viajar viajando nunca terminen.

domingo, 17 de noviembre de 2013

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que los mayas tenían razón y el fin del mundo llegó el 21/12/12 (XLV)


309) Porque un buen día se pusieron en huelga los barrenderos, el mar, las abogadas de Illinois, diez mil zarigüeyas, el parque ferroviario de Canadá, los tomates, veinte mil metros cuadrados de vinilos sobre jazz y una diadema falsa, copia de una joya que llevó Audrey Hepburn a la gala de los Oscar.

310) Porque la vida -y la muerte- es una cuestión de apuestas. Y basta que el fin del mundo se sume a la mesa de póquer que Ildefonso Cabrera organiza todos los miércoles en la taberna de Lolo con dos whiskys de más, para que apueste su reloj, el jersey de lana de su madre, un trozo de atún de a almadraba de Barbate o la Tierra en persona, quién da más con dobles parejas puercas.
Y si hay que hacer una huelga, sea o no con la dulzura de Audrey, es para llevarla a sus últimas consecuencias. ¿o no?

311) Enseguida Limitas Fábricas Indefensas Neoliberales DEL Mediterráneo Usurpadas Neciamente Donde Obligan.

312) Porque no fueron sólo los Mayas. Los Mayas supieron aglutinar fuerzas entorno al PIFIMÚ, el Partido Internacional por el Fin del Mundo, que incluía indígenas peruanos filósofos, tortugas de las Galápagos fumadoras de crack, esquimales con el B2 de Italiano, argentinos introvertidos, arribistas de todas las nacionalidades, mandarinas de color violeta, cangrejos con patas impares y suecos que tatúan dragones en su tiempo libre. Y como para detener a semejante caterva.

313) Porque el fin del mundo tenía un bolsillo en sus vaqueros que parecía el bolso de las madres, donde cabía una esmeralda verde oscuro, un paquete de kleenex con más plástico que papel, las llaves del piso de la Calle San Mateo 14, un billete de cinco euros con el número de teléfono de Verónica, el reguardo de haber sacado noventa euros cuando quiso invitar a la cena de los jueves, la entrada al Museo Ghibli con un trozo de "La princesa Mononoke", pelusillas de variados colores que juntas forman la letra e y un trozo de yeso que cualquier policía mal dormido podría confundir con escayola. La mariposa que no cupo batió sus alas, y con el caos de Pekín comenzó todo aquel dolor reflejado con tristeza por los escribas de Marte.

314) Porque no hay dos sin tres, ni quinto malo. No hay mal que cien años dure ni cuatro patas para una mesa. Porque a la tercera va la vencida y el fin del mundo, que nunca supo contar, la fastidió en la séptima.

315) Porque hacer el amor es llenar de de silencios graves una habitación sin gotelé, es mudar de piel en cada roce, es planchar las sábanas pero al revés, es voltear una lámpara que ilumina el mediodía, es manchar el suelo con el rastro del deseo, congelar un momento que durará mil años, arañar el aire que suspendido nos dice adiós antes de volver de repente.
Pero hacer el fin del mundo no.
El fin del mundo es una lista.
Es como la lista de la compra pero con una sola línea que pone "fin del mundo" y ya está.

sábado, 16 de noviembre de 2013

viernes, 15 de noviembre de 2013

Acentúa


Acentúame la vida.
Sí.
Tú. A-mé.

jueves, 14 de noviembre de 2013

miércoles, 13 de noviembre de 2013

martes, 12 de noviembre de 2013

Pájaros CLXVII






Cuando estuvimos
juntos
tuve
tuvimos
y vimos.


lunes, 11 de noviembre de 2013

Relatos breves


Lo bueno
si le.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Mañana empiezo CLXXXIV




Porque a veces
los dibujos
son un poco Londres.

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que los mayas tenían razón y el fin del mundo llegó el 21/12/12 (XLIV)


302) Porque Eugene Fuentes Harper fue a desayunar café con galletas y se dio cuenta que no había azúcar en la nevera ni calamares en el microondas. Observó detenidamente como había desaparecido la bailarina flamenca de encima de la tele, los percheros de corazones del vestíbulo, las bolas de naftalina del armario empotrado.
Quiso llamar Eugene por un teléfono que ya no existía, cantar en la ducha comiendo langosta, bailar en el pasillo con esa fregona que ahora no aparece.
Las cosas fueron desapareciendo poco a poco.
La sonrisa de incredulidad que se le había dibujado ante la falta de sentido común en la salita ya no estaba. Desapareció también su brazo, el que señalaba la pérdida del cartel luminoso del hotel que siempre vio por la ventana. Se le borró un ojo pero no chocó contra un quicio de la puerta porque ya no estaba.
Así tuvo que sentarse en el suelo -sus dos sillas se habían esfumado- y percibió las cosquillas de una goma que, lo daba por hecho, sería la última cosa que quedase en este maldito mundo.

303) Primero te fuiste tú. Luego se fue él. Luego os fuisteis vosotros y más tarde, antes del aperitivo, ya se habían ido ellos.
Yo fui el siguiente, y cerré la llave, paladeando para mí aquello de que los últimos serán los primeros.

304) El día de fin del mundo Paco Maestro quería hacer muchas cosas: leer un cuento de Tomeo, beber un mojito en La Habana, hacer el amor con la que fue su mujer y que hacía tres años que lo había abandonado. Quería dormir una siesta de tres horas, saltar en paracaídas sin paracaídas, hacer sombras chinescas de lobos y corazones con sus manos mientras le contaba a su sobrino una historia de árboles hiperactivos. Quería llamar a su padre y disculparse, terminar la piscina de la casa de campo, oler los tomates de la huerta.
El día del fin del mundo Paco Maestro se dispuso a hacer todas esas cosas. Empezó muy temprano, con el cuento de Tomeo y dónde está, maldita sea, si yo lo había puesto aquí, estoy seguro, y ahora no lo encuentro...

305) Antes de desaparecer el mundo se puso transparente. Y fue divertido, al menos en parte, porque las cosas estaban ahí, pero no las veías. Fue menos alegre cuando al fin desaparecieron, porque Miguel Reyes se puso como loco a regar con zumo de limón los juguetes de su hijo y no, allí no aparecía nada.

306) Cerraste los ojos. La imaginación, dijiste, es lo más poderoso. Cerraste los ojos justo dos segundos antes del fin del mundo, a las 14:23, tal y como el propio fin del mundo lo había avisado en aquella comparecencia tan mal editada.
Cerraste los ojos y guardaste toda aquella visión para ti. Si la conservo bien, pensaste, el mundo nunca habrá desaparecido, lo conservaré aquí, en mis ojos cerrados.
Pero los volviste a abrir. No sabes por qué o tal vez sí: la curiosidad. Y allí no había nada. Ni whatsapp, ni mandarinas, ni Javier, ni nada.
Y volviste a cerrarlos para comprobar cómo al hacerlo, en la plácida conciencia de la introspección, tampoco había ya nada que no fuera la nada.

307) Fue en apenas cinco pasos: primero, segund, terce, cua, qu.

308) Tengo sed, le dije al fin del mundo nada más verlo entrar sin llamar, qué poca educación. No vengo a dar sino a quitarte, dijo. Lo miré con resquemor y él me guiñó un ojo. Anda, toma un Puleva, me dijo. ¿Puede ser de vainilla? le pregunté sabiendo que en su mano portaba uno de fresa chillón y a la vez apetecible. No me hagas enfadar que ya voy con retraso, me espetó, y te quedas sin tu batido. Yo lo cogí entre las manos, suave y lentamente, sabiendo que al acabar sería el fin, y acerqué mis labios al borde del vaso con la intención de beber para atrás y que aquel trago no acabase nunca.
Pero es que estaba fresquito y tan bueno.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Las definiciones de un coche a vapor LXX






La diferencia fundamental entre un camello y un dromedario no está en el número de sus jorobas.
La diferencia y grande radica en la sonoridad de sus nombres y, por ende, en la tristeza del camello al entender que le dieron dos jorobas sí, pero solo por haberse llevado en ese apartado, claramente, la peor parte.