martes, 23 de octubre de 2012

Pájaros CXX










No hay oriente ni occidente cuando el viento rachea mis deseos.
No hay nariz ni labios que paren la huida, no hay pájaros ni lluvia que duelan como el corazón de un pincho.
Luego el martes desaparece sin saber que, dentro de una semana, volverá a mostrarse como nuevo.
Y ahí estaremos.