"Un pintor nos prometió un cuadro.
Ahora, en New England, sé que ha muerto.
Sentí, como otras veces, la tristeza de ser como un sueño.
Pensé en el hombre y en el cuadro perdidos.
(solo los dioses pueden prometer, porque son inmortales)
Pensé en el lugar prefijado que la tela no ocupará.
Pensé después: si estuviera ahí, sería con el tiempo una cosa más, una cosa, una de las vanidades o hábitos de la casa; ahora es ilimitada, incesante, capaz de cualquier forma y cualquier color y no atada a ninguno.
Existe de algún modo. Vivirá y crecerá como una música y estará conmigo hasta el fin.
Gracias, Jorge Larco.
(también los hombres pueden prometer, porque en la promesa hay algo inmortal)"
Jorge Luis Borges