jueves, 3 de diciembre de 2009

De bomberos XVII



Mil bomberos ligeramente achispados bailan juntos la danza de la muerte.
Así llaman los tontos al hecho de subir los tres o cuatro peldaños del autobús que los lleva a Gerona, Lisboa o Cartagena.
Se visten con cintas de colores y esperan el atardecer para formar un corro.
El conductor del autobús mira la hora pero ellos ni se inmutan.
Los bomberos se observan entre sí esperando el momento justo de empezar a subir, preguntándose por qué coño tuvieron que llamar a la tontería esa de subir tres peldaños "la danza de la muerte", con lo miedicas que son, al menos ochocientos cincuenta de ellos, y que ahora no se atreven.

Una vez en el autobús lo que los bomberos no saben es ir al baño.
Así llaman los tontos a ese espacio precedido por un cartel que claramente pone WC.
Ellos no pueden, se ponen nerviosos con el traqueteo, apuntan con miedo y claro, así no hay manera.

Es entonces, en su ineptitud bañada de buenas intenciones, cuando se sientan, cierran los ojos, piensan y mean la mar de tranquilos.
Como las niñas, sí, las que tanto añoran...