Un día es un día y dejo a las manos salir de su entorno habitual, pero que no se me acostumbren, que luego se envalentonan y no hay quien las controle.
Las manos abstemias es lo que tiene. Que solo piensan en la cama y en el mañana.
Ellas son así.
Dejémoslas en su bendita ignorancia y vayámonos lejos, donde no puedan vernos o al menos distinguirnos.
Que si no nos saludan seguro, y es un rollo.
Dejémoslas libres, sí, pero intentemos nosotros al menos sentirnos de la misma manera, allá en la distancia.
Esta noche es nochebuena, dice la canción, y lo será si la cosa no se tuerce, porque entonces esta noche será nochemala.
Lo que parece más seguro es que mañana será navidad.
Eso va a ser difícilmente evitable a no ser que un flashfoward inmenso nos arrastre en su vórtice.
Y si mañana es navidad, abriré la bota yo, que María está ocupada, no sé dónde...
Salud pues.