Me da a mí que el paso de los pájaros por este blog va a ser el mismo que han tenido en mi vida: van y vienen, vienen y se van, y así hasta el infinito (o más allá).
De hecho estas tiras (la mayoría de ellas) están dibujadas de hace años, pero estoy ya enfrascado con unas nuevas -nuevas historias, nuevo diseño- que imagino acabarán paseándose por estos lares, o al menos así me gustaría.
Como siempre, veremos...
De añoranzas, amigos fugaces, mundos al revés o el morse en la espalda viene este retome.
Con esa sensación de que el tiempo ya pasó, que de alguna manera siempre subyace en estas historias.
Quizá el aroma de los pájaros sea verde y su tiempo lento, pero ese vuelo pasa cerca, aunque no pueda ser todos los días.
Los pájaros, ahora que lo pienso, son como el mar, que sabes que siempre está ahí, incluso si vives en Madrid.
Aunque a veces lo echas de menos, y eso que resulta ser verano y te estás haciendo unos largos.
Todo tan inexplicable pero bastante comprensible.
Digo yo.