Uno tiene la sensación, la terrible sensación, de que va por la calle creando monstruos.
No hace mucho contaba la absurda coincidencia que compartíamos Megan Fox y yo, en esta entrada, y ahora resulta que, destapado el escándalo, a la pobre de Megan le llueven las críticas por doquier.
No sabes, Megan, cómo lo siento.
Nada de gracia tiene este video donde El Gran Wyoming se jacta -a todas luces mentira- de haber dejado a Megan por su defecto.
De hecho, en este video, a mí ni me nombra.
Y además le da por denominar a la braquidactilia, "hipocratismo digital", peor si cabe.
Nada de esto debe preocuparnos, Megan.
No les hagas caso.
Tienes en mí un alma gemela que comprende tu diferencia y la acepta. Lamento de veras haber hecho público nuestro secreto, pero prometo no volver a defraudarte.
Llámame, coño, y hablamos en persona...
P.D. Por cierto, ¿no tendrás sindaxtilia en los dedos del pie, verdad?... Es que a mí también me pasa, y coincidir en esto sería la releche.