De vuelta a los dibujos que cubren el tiempo.
Y es que los hay que lo arropan, que lo engullen, que lo trasforman, que lo sustituyen, que lo llenan o que lo detienen. Si el tiempo fue, es y será como el chicle, los dibujos lo estiran hasta el infinito.
Si hablo de cubrir es porque esta noche he notado cómo estos pájaros extraños han venido a posarse encima de mis hojas, han decidido tapar para mostrar, dejar de volar y anidarse entre líneas y trama.
Ellos cerrarán sus alas y se abrirán al universo.
Y el tiempo, que ahí estaba, los mira y parpadea lento.