sábado, 17 de abril de 2010

Después de la tempestad



Lo bueno de la lluvia es que te da muchas ideas.
Lo bueno de la lluvia es que moja la tierra y la deja perfecta para que las plantas crezcan, para que las flores se asomen el día que al sol le de por salir y acompañarnos por fin en esta primavera loca.
Lo bueno de la lluvia es que puedes elegir si verla tras el cristal con un té entre las manos o salir a correr mientras mezclas su caída con el sudor del esfuerzo.
Lo bueno de la lluvia es la lluvia.
Siempre la lluvia.
Y después de la tempestad, con la lluvia de por medio, viene la ducha.