martes, 25 de enero de 2011

Pájaros XLII











Refranes intercambiados, viajes pendientes y nubes acariciadas.
Hay que volar torcido para darse cuenta.

Los pájaros se sientes solos aunque hay que mirarlos con unos ojos cerrados en forma de sonrisa para comprender que en realidad son unos desvergonzados de aúpa.
Y entonces el aire se torna brisa, el cielo se despeja, y los nidos esperan mil nuevas aventuras.

Eso es así.