domingo, 23 de enero de 2011

Bartolomé contando






Cuando los espacios vacíos se llenan...

Cuando los espacios vacíos se llenan aparece la historia.
Cuando el personaje entra en escena la narración se desarrolla, las peripecias se suceden, la acción comienza.
Los espacios vacíos existen en espera de alguien que los ocupe, los habite, les ofrezca su esencia.
En eso, más o menos, consiste la realización de un cortometraje.

Aun siendo consciente de todas las limitaciones (las mías, las de mi entorno) no puedo dejar de sentir esa necesidad de contar con imágenes.
Y luego pienso que si con más tiempo, y luego pienso que si con más calma, y luego pienso que si con un poquito más de profesionalidad.
Pero no puedo.
Porque nada más terminar ya estoy metido en otra vorágine, pensando en lo siguiente, mirando el freno roto y desbocado, queriendo estrellarme de nuevo en la próxima inconsciencia.
Algún día llegará el sosiego, pero ahora no estoy en esas.

"Bartolomé contando" en la apócrifa continuación de "Bartolomé concretando". Una suerte de segunda parte llena de fondos coloristas y espacios cotidianos.
No hay mucho más.
Losetas, conguitos y andares. Folios, dedos y panteras rosas.
Liquidado en apenas un mes de trabajo, elevando la desvergüenza a la categoría de cena, alternando este trabajo con textos, dibujos y fotografías, sacándole tiempo a la noche de donde parecía no haber.

Cada vez que vuelvo a verlo tengo ganas de reposar -esta vez sí- mi próximo proyecto.
Pero no sé si podré.
Hay dos historias nuevas entre las que elegir, y las que se van quedando por falta de tiempo.
Entre estas últimas destaco un cortometraje exclusivo del caracol bombero y la tercera parte de Bartolomé, que de momento no verán la luz y dormirán en el cajón de los justos.
Por cierto que esta última ya tenía título ("Bartolomé de las Casas") pero deberá esperar su turno en la cola de la carne.

Quién sabe qué será lo próximo, si yo ya estoy pensando en lo siguiente...
Pero eso sí, para los que no lo hayáis visto, aquí está, "Bartolomé contando".
Y os lo digo yo, que no sé contar...