Parece que fue ayer, parece que no pasa el tiempo...
Y es que por la mano no pasa, desde luego.
Se esconde, usa metáforas para asemejarse a la nada, lleva mantones en vez de pijamas o se apropia d entradas que no le corresponden.
Mientras tanto las libélulas se vuelven flores, las mesas se agrandan o empequeñecen y los lápices lloran lágrimas en la lluvia de aquella película de Ridley...
Parece que fue ayer y sí, ayer fue sábado...