Y es que es lo que pasa.
Tienes un Macintosh, se te estropea un grifo y haces una foto.
Uno nunca sabe muy bien de dónde proviene la génesis, uno nunca sabe si es verdad eso de que todo está relacionado.
Pero harto como estás de ver en tu iMac ese salvapantallas de hojas, cuando por casualidad se rompe el grifo de tu terraza y tienes que tirarte media tarde tarde cambiándolo y procurando que no gotee, al final sientes la necesidad de recrear esas fotos que hacen descansar la actividad de tu ordenador en los mejores momentos.
Y cámara en mano navegas por el verde de esa tarde calurosa y húmeda en este África recuperado.
Y todo lo demás, como la vida misma, es juego y sorpresa...