Hay cosas que un bigote no consigue cambiar, por más que lo pretenda.
¿Da seriedad? Pero qué me estás contando.
¿Impone respeto? Sí, con los fideos colgando.
Hay cosas que un bigote no consigue cambiar, por mucho que el tiempo pase.
Los bomberos crecen, se miran al espejo, huyen de los ascensores y apenas si son capaces de leer un libro en el banco del Paseo Marítimo.
Se relajan al cocinar y lloran viendo el telediario, mira que se lo dije.
Y cometen el error, en su ingenuidad viril, de dejarse el bigote.
Pero lo malo no es que el tiempo pase.
Lo malo no es dejarse el bigote.
Lo malo sin duda es no saber donde coño te lo has dejado, si estaba aquí hace un momento...