lunes, 27 de septiembre de 2010

Si es que



Sí.
Si es que...
Si es que hasta cuando lo quieren hacer bien...la cagan.

No hace mucho coincidí en un aeropuerto (creo recordar que el de Granada) con dos parejas de amigos y sus respectivos hijos pequeños.
Las dos chicas comentaban -con toda la razón- la falta de lugares (en general) para cambiar los pañales a los niños, y que si había algún espacio habilitado, éste se encontraba por lo común en el servicio de las mujeres.
Situaciones como esa, cotidianas aún hoy, nos hacen caer en la cuenta de que no todo está conseguido, que hay mucho que cambiar todavía en nuestra mentalidad y en el día a día de la sociedad en la que vivimos.
Aunque hayamos avanzado mucho, que todo hay que decirlo.

Estaba pensando en eso (en aquel comentario de mis dos amigas acerca de la falta de espacios específicos para cambiar a los peques) cuando este verano viajaba por Brasil y me encontré esta señalización.
Aunque curiosamente luego la pude ver en varios lugares más, la primera vez -esta fotografía que muestro- fue en la sala de espera para subir a ver al Cristo Redentor del monte Corcovado.

Y lo dicho lo mantengo.
Si es que.
Si es que hasta cuando lo quieren hacer bien la cagan...

Vale que se han preocupado por habilitar un espacio exclusivo para ese menester. Vale. Se agradece.
Pero ¿y esa falda? ¿A qué obedece?
Puestos a pensar: ¿Si una mujer no lleva falda se le impide cambiar a su hijo?
Está claro que no.
Está claro el mensaje que se trasmite, voluntaria o involuntariamente: Aquí, la que cambia los pañales, es la mujer.
Ay...

Todavía hay mucho que cambiar, qué duda cabe. Estamos en el camino, pero pequeños detalles como esta fotografía hacen que nos demos cuenta que no todo -ni mucho menos- está conseguido.

Si es que...