Hacía dieciocho años que no dibujaba tiras de pájaros.
Lo mostrado aquí hasta ahora fueron historias de entonces, escaneadas y vestidas para la ocasión, sí, pero antiguas al fin y al cabo.
Ya desde antes de verano decidí -o lo decidieron ellas- retomar este proyecto, continuar con nuevas historias.
Ha resultado difícil, curioso, divertido, raro, y -en cierta medida- emocionante.
Muchos recuerdos de entonces y muchos también los acumulados después. Todo se ha ido colando en la libreta que a estas alturas ya rebosa.
De alguna manera los pájaros nunca se fueron y eso que tampoco se quedaron.
Esa es su esencia.
La intención es que me acompañen semanalmente con sus historias de desamor, ingenuidad y desvergüenza.
Prometo que irán cinco historias en cada entrada (esa es la idea), pero hoy -me lo pedía el cuerpo- inauguro esta nueva entrada sólo con una.
Es lo que tiene la poesía...
