"En el campo nacen flores y en mi corazón amores" -cantaba con su inconfundible voz Rafael Jiménez, "El Falo"- aunque la totalidad de la letra tradicional guarde un giro inesperado y diga en realidad: "En el campo nacen flores / y en el mar corales / en mi corazón amores / y en el tuyo falsedades"...
Pues eso.
Además para mí siempre hubo un paralelismo evidente entre el campo como el papel y las flores como el dibujo, como las líneas, como los trazos.
Y algunas crecen solas, y a otras hay que regalarlas, mimarlas y echarles abono.
Hubo una época en que lo pensé bien en serio: Me hubiera encantado dedicarme a diseñar estampados de telas.
Y no lo descarto aún, pues uno nunca sabe por dónde te pueden llevar los derroteros de la vida.
El caso es que ahora que miro estos dibujos me doy cuenta: en el fondo -y no tanto- de mi alma hay un simpático diseñador de estampados.
Colores y formas para bolsos o faldas, camisas que nada tengan que envidiar a las hawaianas, toallas para ser el más cool en el rebalaje...
Y todo eso pienso mientras en el campo nacen flores sin que yo pueda, ni quiera, evitarlo de manera alguna...