Hoy hace viento y el aire huele a viaje.
Se acerca el verano y las ganas de dejarse llevar aumentan en forma de maleta, de mochila, de bolsa y pasaporte.
Y quizá por eso te acuerdas más de los viajes realizados, de las tierras visitadas, de los lugares recorridos.
Y quizá por eso vuelven a tu memoria las fotografías no hechas, las imágenes acumuladas, los recuerdos que no se fueron.
De los viajes ya hechos recupero las fotografías, y con ellas resquicios que la memoria no supo -o no quiso- retener.
Me ayudan a volver, y yo se lo agradezco.
Hoy me llevan al País Dogón, tierra mágica y anclada en el pasado, el misterio, la superstición y la cosmogonía.
El País Dogón volatiliza un tiempo que en África no existe.
Y las casas en la falla, las cabras entre el polvo y el cielo inmenso me acompañan en el juego de la memoria.
Habrá más, diez entregas de esta inabarcable África se me quedan inevitablemente cortas...