Aquellos bailes, sí, en sus locos cacharros...
Dibujar es bailar -lo he dicho tantas veces- pero también viajar, imaginar y no pensar. Dibujar es veintidós multiplicado por veinte, por no decir infinito, que queda muy lejos.
A veces son los colores, a veces el trazo, a veces un trapo que frota el grafito sobre el soporte.
Dibujar es ese terreno donde impera el todo vale.
Y hay un arcoiris de líneas y gomas.
No le pidamos más, que ya es bastante...