El coche a vapor quiere que inventen la teletransportación.
Y que la inventen ya.
Pero quiere, ingenuo como es, que si la inventan que la inventen bien.
Y eso ya es pedirle peras al mundo.
Mientras llega o no, se deja comer por la pasión e inventa tríos donde no los hay.
Debe ser que es sábado, y que aún le quedan fuerzas para pegarse un buen salto.