jueves, 28 de febrero de 2013

Las definiciones de un coche a vapor LXI















Porque todo lo que sube
está más alto
y además es imposible.

miércoles, 27 de febrero de 2013

La mañana



El niño entra mi habitación descalzo en la moqueta.
Es temprano y apenas si hay luz
que alumbre la almohada.
Alza su voz sobre las puntillas y me pregunta.
Papá: ¿por qué se extinguieron las escupideras?
La persiana cruje lo que el viento para,
yo me incorporo a las legañas
y acaricio su culpa despeinada.
Pienso entonces en levantarme
para cambiar no hay más remedio 
esas sábanas mojadas.

martes, 26 de febrero de 2013

Soy vanidoso


Y de puntillas
alcanzo a entender
que madre no hay más que una
porque yo no tengo abuela.

Pájaros CXXXVI






El
amor
es
¿cómo?

lunes, 25 de febrero de 2013

domingo, 24 de febrero de 2013

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que los mayas tenían razón y el fin del mundo llegó el 21/12/12 (X)


064) Porque Algómetres, hijo de Esdrújulo, príncipe de Árgamon y bisnieto de Méndrinar, le sobraba una tilde y un planeta en su clase de trigonometría astronómica, allá en el planeta Plíntiple.
Sobre una tableta digitalizadora última generación, borró con trazo vectorial aquel planeta azulito que venía mal en la composición equilibrada, de lo que los esdrújulos convenían en llamar un universo en paz.
Y le tocó a la Tierra desaparecer, para un simple trabajo que acabó obteniendo un seis con cinco en el segundo trimestre, en manos del malvado profesor Cróstalo.

065) Porque el fin del mundo llegó a la Estación Termini el 22 de diciembre de 2013, después de haber dado la vuelta al mundo buscando a los mayas, que le habían mandado una invitación, unos cuantos de miles de años antes.
El fin del mundo vestía un traje a rayas, ajustaba a su cuello una corbata morada y llevaba lo que cualquiera hubiera entendido como el repeinado típico de quien se lava apresurado en el baño de un tren para disimular una siesta de trescientos años.
El fin del mundo llegó a la Estacón Termini un 22 de diciembre pensando que no había cumplido su parte del trato, pues los mayas le habían pedido por favor que apareciese el 21, que era muy importante.
Somnoliento y un poco alicaído, decidió por un momento no cumplir con su promesa, hasta que se dio cuenta de que no, que al haber dado la vuelta al mundo, por no sé qué paranoia de la rotación de la Tierra, en realidad había ganado no solo un día, sino dos, así que se pidió unos churros con chocolate y un café muy caliente, que había tiempo hasta que se enfriase un poco.

066) El fin de  mundo llegó un 22 de diciembre por la misma razón que nació un 14 de marzo.

067) Porque Eulalia Esteban Maduro coleccionaba incansable, desde su nacimiento en 1939, unos calendarios anuales de los que iba tachando los días escrupulosamente con un rotulador rojo que hasta el año 76 fue en blanco y negro.
El ritual era siempre el mismo: se dirigía a la esquina superior izquierda, y trazaba una diagonal tranquila hasta la inferior derecha. luego se fumaba un cigarro, a veces un Corona, a veces un Ducado, otras se conformaba con un Camel. Con la colilla apagada pero aún humeante, trazaba la diagonal opuesta con la misma parsimonia.
Y todo eso, siempre, antes de las 22 horas de cada día.
Cada día hasta el 21 de diciembre.
El 21 de diciembre cogió el rotulador, lo posó como tantas veces sobre la esquina y comprobó que no había ni punto, ni línea ni trazo.
El rotulador, gastado, había dicho basta.
Fue a por al paquete de tabaco, contrariada, y descubrió que el último, el último cigarro, se lo había fumado el gato, que la miraba con dureza desde la ventana.

068) Porque al igual que todos somos inocentes mientras no se demuestre lo contrario (a excepción de en los aeropuertos, donde todos somos presuntos culpables hasta que un detector no dictamine que se nos perdona la vida), al igual que eso, tras un jueves siempre viene un viernes menos cuando tras un jueves, malditos aeropuertos, no viene nada.

069) Porque hay que reinventarse o morir, y el mundo estaba ya muy visto.

070) Porque de todas las mujeres que hay en el mundo Andrew McLander tuvo que fijar sus sentimientos en la malvada bruja del cuento de Blancanieves.
Tuvo Andrew que inventar no solo una máquina del tiempo, sino una máquina del tiempo que permitiese viajar al mundo inventado de los cuentos clásicos libres de derechos de autor.
Lo hizo, la inventó, pero como Andrew era listo pero pobre, tuvo que pedir una subvención a una multinacional de galletas para que le pagases los tornillos sinotrónicos de cabezal de radio, imprescindibles en su invento
Así que, en pago a dicho dinero, el presidente de la multinacional, un usurero uruguayo afincado en Mallorca, le pidió usarla primero.
Caracolo Miranda, presidente avaricioso, fanático de la ciencia ficción, le dio al botón de "La guerra de los mundos" sin saber que ese era, maldita sea, un viaje sin retorno.

jueves, 21 de febrero de 2013

Oración


Virgencita, virgencita,
que me quede como estoy.
P.D.
(en la cama)

martes, 19 de febrero de 2013

Pájaros CXXXV






No voy a tocarte:
voy a volarte y regresarte.
Voy a hablarte
de volares, cantares y tocares,
de ohohses y besos,
de vuelos congelados
y alas inventadas.
Voy a hablarte
de pájaros siempre
y de alguna que otra ráfaga.

lunes, 18 de febrero de 2013

Caída


No puedo cantar desde aquí arriba.
No puedo admitir que ya no existo.
Me enfrento a la nada que supone
este cielo infinito que me engulle.
El equilibrio se rompe
y yo caigo sin remedio.
Así que tú ganas,
gravedad,
con tus leyes interpuestas.

domingo, 17 de febrero de 2013

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que los mayas tenían razón y el fin del mundo llegó el 21/12/12 (IX)


057) El mundo no acabó, lo desahuciaron.

058) Porque un año antes, Margaret Chan, directora electa de la OMS, había instado a sus subordinados a buscar la boquilla de plástico que mantenía el mundo hinchado, para desinflarlo un poco y volverlo a inflar, según un método taoísta experimental que no llegó a ser puesto en práctica en el siglo XIII.
Se requerirían para ello, según el manifiesto tradicional escrito en una caña de bambú del bosque de Arashiyama, cuatrocientos treinta chinos de la región de Hangzhou, un fumador de opio y cuatro jirafas.
La boquilla de plástico, metida para adentro y camuflada debajo de la Torre Eiffel, fue descubierta por la legión de chinos, dispuestos con sus coca colas y sus ganas de inflar.
Pero fue destaparla y sentir, incrédulos y melancólicos, cómo ese aire que salía de la Tierra era el suspiro más enternecedor y asonante que habían escuchado nunca.
Así que se olvidaron de recargar el aire perdido y dejaron que el mundo se desinflase en un lento, poco armónico y triste suspiro.

059) Porque aunque al mundo le hubiese gustado vivir deprisa, morir joven y dejar un bonito cadáver, todo no se puede tener en la vida: vivió lento (girando y rotando) murió viejo (con arrugas del Himalaya al Gobi) y dejó un cadáver...bueno, qué os voy a contar del adefesio de cadáver que dejó...

060) Porque mayas rima con vayas, fin rima con sin, mundo rima con hundo: ¡Hundo sin vayas!

061) Porque Dios, sin el permiso de su padre Alberto, había comprado a principios de diciembre un décimo de Navidad en Doña Manolita.
Cosas de la omnipresencia y de esos poderes que hacen a Dios superior a Batman o Superman, por supuesto lo compró sabiendo que iba a tocar. 
Eso no se llama trampas sino inversión segura a medio plazo.
El caso es que después de hacerlo se acercó a la Plaza Mayor para comerse unos típicos bocadillos de calamares, pringosos y calientes, en número de tres, como acostumbraba.
Y sin darse cuenta se limpió las barba de cerveza y migas con el décimo pre-premiado, confundiéndolo con unas servilletas de Ikea.
No se dio cuenta del desastre más desastroso que había hecho hasta un día antes, y menuda rabieta que pilló el condenado.

062) Porque un mes antes del funesto desenlace, Antonio Ramírez Losada, fontanero sin IVA de pantalones vaqueros tres tallas más de lo debido, llegó a casa de los Martínez dispuesto a desatascar la tubería del baño.
Dos semanas después de aquella visita la casa de Pablo y Juana ya no existía, ni la provincia de Albacete.
Apenas cuatro días después un satélite ruso vio a Antonio salir destrozando las tuberías de acero de una Central Nuclear en Georgia, pensando todavía si tendría o no que enfoscar, dudando si parar para el bocata o seguir, que total, esto se acaba enseguida.

063) Porque los tripulantes australianos del trasbordador espacial querían ver una peli y de paso batir el récord Guinness de pantalla más grande, con un total de 340.890.000 pulgadas, proyectándola sobre la Tierra.
Todo muy bien, incluso la elección (Casabanca, proyectada sobre Asia), pero se les olvidó, arrastrados por el amor imposible y la amistad comenzada, de quitar el proyector antes de que la palabra "The End" se proyectase altiva sobre la estepa siberiana.

viernes, 15 de febrero de 2013

jueves, 14 de febrero de 2013

La letra pequeña


O,
mucho peor,
con sangre
se paga.

miércoles, 13 de febrero de 2013

La lengua de Michael Jordan


La lengua de Michael Jordan lleva suelta y bailando desde mediados de enero del año 1.999.
Inagotable al desaliento.
La lengua de Michael mide las distancias en leguas, los mates en muertos, los pases en hastío.
Nada le importa.
Ni sus dos hijos que viven Washington, ni las papilas sinestésicas, ni el sudor antaño derramado.

Desde que se separó de la leyenda baloncestística más grande de todos los tiempos, todo ha sido tropel y tentetieso.
Ni payaso, ni gourmet, ni personaje novelesco de Julio Verne.
La lengua quiso ser chica.

Se operó de sexo en una clínica de Atlanta sin anestesia ni ayudantes de enfermería, a hidrostato branquial descubierto.
Reconciliada con su ser tras la brillante cirugía, lejos del radicalismo conservador de la epiglotis, se fue de stripper a un sex shop del barrio de Midtown, dispuesta a recoger babas y acumular propinas.

Nunca verás triste a la lengua neoyorkina.
Es la envidia de las chicas, consejera de las nuevas bailarinas, representante sindical que negocia con el jefe, ayudante en un comedor social los fines de semana, activada incansable por sus diecisiete músculos que hacen que apenas si duerma tres horas al día.
La lengua de Michael Jordan pasea su energía con un faringogloso desdén, que la hace inmune al pesimismo.

Recuerda no obstante los días de salto y flashes. La fama de parqué, el gusto de la victoria.
Él volaba y ella volaba.
Bailaba cada uno, jugador y lengua, como en un tango infinito descompasado y ambiguo.
Se querían, se respetaban, se complementaban de cara a la historia.
Y la historia los trató como merecían, aunque los focos se posaran sobre él, y a la larga ella permaneció en el olvido.

Pero nada de eso importa ya.
La lengua baila desnuda entre humo de tabaco y neones fluorescentes, entre lencerías exiguas y miradas de lujuria y culpa.
Ese aire de deseo sexual la llena de jugos gástricos y entra en éxtasis y locura. 
Baila como nadie exhibiendo sus papilas fungiformes y le saca, claro, la lengua al mundo.
Eso sí, ya por fin, sin ningún tipo de frenillo.

martes, 12 de febrero de 2013

Pájaros CXXXIV






Hay pájaros
hasta cuando no hay.
Son las cosas de habitar
en el nido de tu imaginación.

domingo, 10 de febrero de 2013

Mañana empiezo CLXII




Estrellas que brillan y caen, lápices que pierden la cabeza por un sacapuntas, días pares frente al espejo y manos que se van pero no se escapan.
Todo vale.
Como cuando "se" y "es" 
se miran a un espejo,
y al verse en domingo
sueñan con un mañana
en forma de ese.

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que los mayas tenían razón y el fin del mundo llegó el 21/12/12 (VIII)


050) Porque allá por el siglo XIII Txalenchua Metzel envió a tres amigos quechuas un sobre con una palabra, y unas instrucciones muy claras:
- Incluye una nueva palabra y manda este sobre a tres amigos tuyos. Si rompes la cadena (un chino lo hizo y ahora los viernes se queda en casa viendo Sálvame Deluxe) algo malo le pasará a ti o a tu familia, mientras que si lo haces todos los martes impares de los años capicúas el panadero no te cobrará nada por tres napolitanas de chocolate.
La cadena se extendió por los siglos de los siglos hasta que a Cristóbal Montoro, insigne ministro de los reinos de las Españas, le llegó un sobre que contenía diez mil quinientos cuarenta y siete folios llenos de palabras absurdas y miguitas de pan con olor a chocolate.
El ministro pensó que aquello eran los presupuestos y ordenó que se volcasen en un pen drive sin añadir una sola coma.
Rompió la cadena y el mundo petó.
Con lo fácil que habría sido añadir una palabra: gilipollas.

051) Porque los operarios despedidos de Venus Building Corporation se dejaron una escalera que les sobraba allá donde la masa de aire se enfría y los sueños de prosperidad se congelan, sin ánimo ninguno  de devolverla a la compañía, esos explotadores mal nacidos.
Se dejaron la escalera flotando en el aire ingrávido con tal mala fortuna que la Tierra, cuarenta y tres años después, un 21 de diciembre de 2012, en su órbita prefijada por las atracciones solares, pasó por debajo de la escalera.
¡Por debajo!

052) Porque los mayas sabían que con solo decir tres veces la palabra Wert mientras te frotas la cabeza en dirección contraria a las agujas del reloj, con los pies metidos en una palangana de vinagre, mientras tu amigo del alma sacrifica unas acelgas cortándoles más de la cuenta el tallo carnoso y pone a cocer arroz en la licuadora, el mundo se acaba.

053) Porque un gato negro se recostó sobre la Tierra, cansado ya de su mala fortuna, y vino un sádico espacial y se lo folló.

54) Porque Andrew Michael Bergman, activista nacido en Noruega de padres andaluces, ideó una forma clara de librarse de la mili: cantar desnudo "Copla del viudo del submarino", de Juan Antonio Canta, ante la plana mayor del ejército noruego.
Coclusión: acabó en la marina.
Y allí estuvo catorce meses, levantándose temprano para tocar la corneta, y aprovechando para echarse a la espalda kilos de sal que vaciaba en el mar inmenso.
Andrew saló el mar y mató a casi todos los peces. Los pocos que sobrevivieron dejaron las aguas y se adaptaron a vivir en la tierra, creando una comuna en Alabama donde leían a Tolstoi mientras se cargaban de rencor, qué cosa más mala.
Los descendientes de esos primeros peces, unos hermosos tiburones que andaban de pie y bailaban con Georgie Dann, decidieron devorar todo el planeta. Todo.
Y es que derramar la sal, a quién se le ocurre.

55) Porque Mercurio es, lo dice la encuesta del CIS, el planeta más feo del sistema solar.
Yo, de mi cosecha, añadiría: y el más envidioso.
Así que rompió el espejo que usaban todos los planetas de la costa este al levantarse.
El mundo se levantó un jueves todavía con el sabor del vino de Rueda que le había acompañado durante la cena y, legañoso como él solo, fue a mirarse al espejo.
Pero como estaba roto, no se vio.
Y al no verse, qué pereza, dejó de existir, tal poca era su fe en lo que no existe.

56) Porque todo en la vida es cuestión de suerte. Y en esas están los crédulos o los escépticos.
Que el mundo acabase un 21 de diciembre fue una llamada de atención a los crédulos, para que no pensasen que iba a ser en martes y 13, pero también para los escépticos, que ni aún así se lo creían.
Y por fin, crédulos y escépticos retozan felices en el lecho de su muerte sabiendo, aunque de nada les sirva, que eran los otros los que estaban equivocados.

sábado, 9 de febrero de 2013

viernes, 8 de febrero de 2013

miércoles, 6 de febrero de 2013

Yo pierdo el tiempo


Aunque cómo perder
lo que nunca aparece,
lo que más que agua
más que aire
es pura nube asustada.


martes, 5 de febrero de 2013

Pájaros CXXXIII






Y yo
como la viñeta
como el blanco
como la nada,
me voy volando.


domingo, 3 de febrero de 2013

Mañana empiezo CLXI




Llueven hombres,
llueven manos,
llueven gomas.
No hay mar para tanta lluvia,
así
que llueva al revés
que llueva grafito
y que llueva hipo.

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que los mayas tenían razón y el fin del mundo llegó el 21/12/12 (VII)



043) Porque cuando dejaron de rodar el anuncio de pilas Duracell (el último anuncio conocido data de 1999) un listillo de producción se dejó a caso hecho un conejito en la biblioteca de la urbanización madrileña La Moraleja, sabiendo que en aquel lugar poco o nadie iba a entrar a mirar.
Y allí estuvo el conejito dale que te pego, bailando y tamborileando feliz hasta el 20 de diciembre en que, cansado, agotado y, por qué no decirlo, también feliz, decidió que ya nada, nada, tenía sentido para él.
E o mundo acabó.

044) Porque si los mayas tenían razón, no te digo nada de la lycra.

045) Porque Glazsko Przenstinech, viajero interespacial y eremita confeso, llevaba más de cuatrocientos mil años venusianos saltando de planeta en planeta, esquivando meteoritos en Casiopea, duchándose con Galaxias extintas, arrojando árboles de mentira a los agujeros negros que se portaban mal por no haberse tomado el desayuno entero.
Cuatrocientos mil años venusianos siendo feliz en el Universo, hasta que, tomándose él solo una botella de vino blanco de Rueda en un after de Plutón, aceptó entrar en una partida de póker para jugar con un telépata fullero y un cazarecompensas venido a menos.
-Me aposté el mundo- reconocería Glazsko al taxista que lo llevaba de regreso al motel Bhianda, un 20 de diciembre, - pero cómo no hacerlo teniendo pareja de Q-

046) Porque si multiplicamos 21x12x12 (los números fatídicos del fin del mundo) da 3.024.
Si los líderes y lideresas del mundo mundial se lo hubieran pedido, los mayas encantados habrían aplazado el final del mundo al año 3.024 con un ligero ajuste matemático de bases imponibles y allá que me llevo una.
Pero no. ¿Teníais que matar a todos los mayas, verdad?
Ay, los españoles y su ánimo de conquista...

047) Porque puestos a estudiar algún idioma, los mayas decidieron, en el año 1257, que fuese el inglés.
"Estos tienen proyección, igual hasta nos conquistan" recuerdan que dijo Hunac Ceel, líder de los cocomes.
Y como para los ingleses el ser y el estar venía a ser la misma cosa, todos los cocomes de Mayapán y Uxmal empezaron a decir que lo mismo era el fin del mundo que estar acabado y claro, así, bajo el auspicio y el beneplácito británico, el pesimismo se adueñó del mundo free.

048)  Porque el 21 de diciembre coincidía también con el aniversario de "El Comepiedras", ese fabuloso y mítico animal que vive en el núcleo de la Tierra, y que solo sale de la lava para dar con alguna piedra sólida que echarse a la boca.
Pero claro, un cumple es un cumple.
Así que al comepiedras no le valía con una roca caliza, no, ni con la veta desprendida de una falla tectónica.
Tan sorprendente animal quiso celebrar su cumple alejado de velas y payasos de McDonald comiéndose él solo, y de un solo bocado, los restos fosilizados de lo que había sido en su tiempo la ciudad perdida de Atlántida, con sus tendederos y todo.
Mucha mitología y mucha ciudad perdida, pero qué indigesta, mi madre.
El comepiedras estuvo toda la tarde con ardores de morcilla, con retortijones curvilíneos, hasta que no pudo más y reventó, desde el núcleo de la Tierra, como sólo un buen comepiedras sabe: 
Con un cuesco que, de hecho, todavía escuchan en Júpiter.

049) Porque, a día de hoy, uno cierra los ojos y el mundo no está.
Vale, puede que abramos los ojos y nos dé la impresión de que el mundo está pero, inmediatamente, los volvemos a cerrar y el mundo sigue sin estar.
Los mayas tenían razón, y todos tenemos el fin del mundo al alcance de un ligero parpadeo.

sábado, 2 de febrero de 2013

Financiación ilegal



Las definiciones de un coche a vapor LX






Ya vayas al cine, desaparezcas, te apuntes a la moda, o estés toda tu vida esperando, no lo dudes:
Disfruta tus días,
pares o impares
y nunca hagas el primo.

viernes, 1 de febrero de 2013