domingo, 28 de febrero de 2010

Mañana empiezo L







Cómo son esos números romanos, que tan pronto se acumulan como de repente se encogen...

Lo peor del paso del tiempo es darte cuenta de que has hecho el canelo y que ni escribir cuarenta en números romanos sabes. Escribir XXXX en vez de XL (por cierto muy de camisetas) sólo le podía pasar a un cenutrio como yo.
E insistir nueve semanas (y media) ya ni os digo... 
Ay, la fascinación por las equis...

En cualquier caso bienvenidas las equivocaciones si de lo que se trata es de acumular tiras e historias en este cajón desastre que llena y absorbe las horas muertas del día.
Ojalá lleguen más equivocaciones por no saber escribir 99 (que sería algo así como XCIX, imagino) pero a la vez llegar a ese número.
Estará bien.

Por lo demás nada nuevo para celebrar las cincuenta entradas.
Historias de sempiternos desencuentros que se enganchan a la retina. De noches que confunden, roces que encienden, folios pálidos como la leche, tangos arrabaleros o lápices que estornudan.
Las tiras se acumulan ya no en los cajones sino en esta nueva estantería digital sin fondo ni destino.

Que sigan pues y que sean si puede ser menos analfabetas...

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que el mundo no es redondo sino plano XXVII



183) Porque el mundo no sólo es plano, si no que está hecho una semi circunferencia, cabe en una mano cual camarero interestelar, y para rematar, los continentes están pegados al mar con loctite.
Eso sí, hay que repasarlos cada 108 años, porque si no...

184) Porque los mocos, cuando se hacen bolitas, pierden todo el encanto de cuando se van sacando poco a poco, de cuando enganchas ese principio del moco seco y acabas extrayendo la raíz fresca, húmeda y que se balancea...
¡Vivan los mocos planos y alargados recién sacados de la nariz!

185) Porque si no ya habría habido algún país que para cargarse otro país sin que este se diese cuenta, en vez de hacer una guerra cuerpo a cuerpo con todos los follones que ello conlleva, habría disparado misiles al suelo para joderles bien jodidos no ya por la espalda, sino por abajo...

186) ¿Y por qué no?

187) Porque cuando el italiano Reinhold Messner llegó por primera vez a la cima del Everest (en solitario y sin oxígeno) subiendo por la cara norte, se sentó allá arriba y pensó:
- ¡ Menudo mostrenco! -
Y se dijo para sí que si el mundo fuese redondo, con un saliente como aquel sería imposible que girase en el universo... ¡Iría dando brincos irregulares!

188)Porque la caía del muro de Berlín es no sólo síntoma de que el mundo ya era plano, sino de que con el paso del tiempo la cosa se va aplanando cada vez más.

189) Porque nueve de cada diez dentistas recomiendan el chicle sin azúcar, y, sin entrar en qué demonios piensa ese "uno de cada diez", ¿habrá algo más plano que un chicle sin azúcar?

viernes, 26 de febrero de 2010

De bomberos XXIII



Escondidos tras sus miedos los bomberos nunca están donde se les necesita.
No los encontrarás en la cabina de su coche ni en las tabernas de Dublín.
Se han hecho huidizos con el paso de los tiempos y apenas si aparecen en los escapes de gas propano, en los abandonos rutinarios del hogar o en las Fallas de Valencia.

Ellos miran el atardecer sentados en el malecón mientras comen pipas con una destreza que asusta.
Ellos cantan bajito mientras caminan hacia ningún sitio.

Escondidos tras sus miedos los bomberos se hayan más allá, donde el pensamiento fugaz de los díscolos se cruza con la merienda de los niños, llena de chocolate y juego.

Los bomberos se hacen invisibles silbando, y ese es un poder que nunca pidieron.

jueves, 25 de febrero de 2010

Las definiciones de un coche a vapor IV











El final del verano, también conocido como "septiembre"...

El coche a vapor continúa impertérrito ofreciéndonos su errática visión del mundo, al menos a través de su corta, ingenua y no siempre satisfactoria experiencia.
No encuentra para sí demasiadas diferencias entre el trabajo y el descanso -bendito sea-, le gusta sorprenderse a sí mismo con trucos de magia que desconoce, y le da por visitar cada poco esos salones de espejos que tanto escasean actualmente en las barracas de nuestras ferias. 

El árbol de los enamorados tiene algo de tatuaje y sirve como ejemplar preludio para la llegada del verano, época donde las haya de encuentros, aventuras y abandonos. 
Todo eso hasta llegar a la famosa canción de "El Dúo Dinámico"que inevitablemente asociamos con la llegada de la lluvia.

Bueno, sí, y con algo más...

martes, 23 de febrero de 2010

La fuente bombera a la pata coja



Dentro del universo bombero, la fuente a la pata coja es la más humilde, la más desamparada y la más necesitada de cariño de toda esa corte que abarca desde el bombero cartel de no hay murciélagos hasta las sábanas de medio pelo y cien hormigas.

Analicemos un poco y nos daremos cuenta qué ha llevado a la buena de la fuente a ser tan tan desdichada.
Primero: Dónde se ha visto que una fuente necesite desplazarse. ¿Eh?, ¿dónde?...
Efectivamente, en ningún sitio.
Las fuentes están quietas y esperan sin ninguna prisa a que millones de bocas diferentes acerquen sus labios, carnosos y sedientos, a pocos centímetros de su surtidor.
Eso es lo que hace una fuente decente.

Y será entonces cuando ellas puedan sentir el deseo...
El más íntimo, casto y sugerente sabor del casi beso.

Pero nuestra fuente bombera no. Nuestra fuente bombera se desplaza eternamente hacia ningún sitio en una danza absurda carente de gracia y estilo.
Con una cadencia lenta y un ritmo aburrido recorre las calles de Cádiz en busca de gaditanos deportistas a quien saciar sus deseos y no los encuentra.
Ha saltado uno a uno los adoquines de la antigua Praga buscando, quién lo diría, bocas a las que alimentar de agua y vida.
Pero no hay manera.

Y es que ya puestos a desplazarse querría que la dejaran correr libre junto a las gacelas por las praderas de Nigeria, que le permitiesen escalar las paredes más difíciles de las afueras de Katmandú, o que vaguase con las manos en los bolsillos y un cigarrillo de filtro mojado buscando un local venido a menos en la mugrienta ciudad de New Orleans
Pero no.
Le toca ir a la pata coja por General Marina. 
Manda...

Aunque la cosa no acaba ahí.
Analicemos.
Segundo: El surtidor es más bien escaso y el chorro poco brioso, así que su alma bombera no quiere ni imaginar la poca ayuda que podrá ofrecer en caso de encontrase en su vacilante deambular con algún incendio ignoto.
La pena se expande y no se seca nunca, maldita sea con la fuente...
La pena llega porque el poco agua que suelta se salpica en sus brincos descompasados perdiéndose y chorreando por los bordes.

Pero no todo esta perdido.
Siempre hay un lugar para la esperanza.

Hay una cosa que hace sonreír a nuestra amiga la fuente bombera
Una cosa.
Sólo hay una cosa que hace sonreír a nuestra amiga la fuente cojita, y es pensar que en ese eterno vagar por las calles planas del mundo siempre, siempre, siempre, va haciendo cosquillas al cielo.

Y hacer cosquillas al cielo tiene su gracia.
Al menos para mí...

lunes, 22 de febrero de 2010

La Cisterna de Yerebatan













Uno nunca sabe y sí, es lo bueno...

El azar, lo inesperado, lo sorprendente y lo incontrolable.
A veces las mejores cosas te vienen y se presentan en forma de regalo imprevisto e inimaginable.

A mí siempre me ha gustado experimentar. 
Saltarme las reglas, jugar al límite con lo establecido. Transgredir.
Que viva pues la heterodoxia.
Es cierto que en el campo de la fotografía, donde la importancia de la técnica es innegable, a veces es difícil, pero muchas veces el resultado -aunque técnicamente mejorable- acaba siendo lo suficientemente interesante, al menos como punto de partida.

Algo de esto me ocurrió en mi último viaje a Estambul.
Después de visitar Santa Sofía bajé a la famosísima Cisterna de Yerebatan.
Asombrado ante la majestuosidad y la serenidad que transmitía el lugar apenas si me percaté que, con el cambio brusco de temperatura, se me había empañado la lente.
Me di cuenta enseguida porque el auto enfoque no funcionaba, pero la imagen que veía a través del visor me resultaba sugerente y fantasmagórica a un tiempo.
Así que simplemente cambié el enfoque a manual y disparé a aquellas formas ambiguas y borrosas que se abrían ante mis ojos.

Este es el resultado.

Luego, claro está, limpié cuidadosamente el objetivo e hice fotografías más clásicas -como la última que os muestro- pero no descarto empañar alguna vez más la lente, esta vez a propósito, para aplicar un desenfoque gaussiano sin necesidad de las dichosas maquinitas...

Y que los fantasmas de Bizancio nos acompañen...

domingo, 21 de febrero de 2010

Mañana empiezo XXXXIX







Mare mía con el 49, no voy a ver nunca tanta X junta...

Ya he dicho muchas veces que soy un desastre, y hoy no será el día en que me desdiga. 
Había pensado en tomarme un descanso llegando a la entrada cincuenta, pero a esta tira del no dibujo todavía le queda vida por delante.
También me había prometido publicar las tiras semanalmente los domingos, pero tampoco hay que ser tan estricto...

Total, que haremos un mix entre esas dos promesas incompatibles y a partir de ahora iré mostrando estas tiras de "Mañana empiezo" los domingos que me dé la gana, hasta que la cosa no se pueda estirar más (ya me extraña haber llegado hasta aquí) y le demos un descanso más prolongado.

Al final sí que va a resultar que estas tiras vinieron para quedarse...

Flexos con lencería, teléfonos revienta siestas, camas abandonadas por sofás o pinceles petrificados por el tiempo...
Dibujos invertidos en bolsa, el fantasma de los dibujos no hechos o hasta las leyes de la Gestalt harán su aparición por estos lares.

Son las cosas de la nada... 

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que el mundo no es redondo sino plano XXVI



176) Porque si partimos una naranja por la mitad lo que obtenemos es una superficie plana.
Y reconozcámoslo, no somos ni la mitad de buenos que una naranja.

177) Porque Hammed Yousfi Mohammed se encontraba la noche del 30 de junio del 2004 en mitad del desierto del Sáhara.
Miró a su izquierda, miró a su derecha. 
Nada.
Miró hacia adelante, miró hacia atrás.
Y entonces se dio cuenta:
¡¡Estoy en el centro del mundo!! -Exclamó-.
Y es que en el centro de un posible mundo esférico haría mucho más calor, porque además en el Sáhara era de noche.
P.D. Hasta el lector menos avezado se habrá dado cuenta de que el 30 de junio de 2004 (que fue bisiesto) coincide justamente con la mitad del año.
Pues eso.

178) Porque la mitad de mis amigos piensan que se me va la cabeza especialmente con esta entrada, mientras que la otra mitad sostienen que yo soy así de gilipollas siempre y en cada momento.
Y aquí estoy yo. 
Justo enmedio.

179) Porque John Merry, atleta jamaicano que compitió en las olimpiadas de Munich 72 se había casado poco antes de aquella competición con la modelo brasileña Gabriella da Silva, así que cuando John disputaba la final de los 100 metros lisos se paró justo a los 50 y se dijo para sí:
-¿Para qué seguir si yo mi carrera ya la he ganado?-

180) Porque la A es la letra que está justo enmedio de la palabra PLANO (y es la primera letra del alfabeto) mientras que de la palabra REDONDA es la O, hecha con un canuto.

181) Porque hasta los deportes de pelota, ese artilugio tan esférico, tienen primer y segundo tiempo, y se toman un descanso justo enmedio (cosa que por cierto yo no haré).

182) Y sí, lo habéis adivinado.
Porque la mitad de 365 razones son estas 182 (o casi...)

¡Comamos naranjas para celebrarlo!

sábado, 20 de febrero de 2010

Si Mahoma no va a la montaña



Porque si la cosa es o playa o campo...

Reconozco que soy bastante más de playa, o, por ser más exacto, bastante más de mar.
Cosas de haberme criado a su vera, cosas de no recordar la primera vez que lo vi, cosas de cerrar los ojos y ser capaz de recordar su olor, de imaginar el sonido de las olas rompiendo en el rebalaje.

Me gusta la arena al atardecer, pasear con los tobillos mojados, la cadencia lenta con que se disuelven las huellas.
Aunque esta tira no va de esto, claro.

Aquí la cosa es dónde va a veranear el bueno de Mahoma este verano.
Y si no es en la montaña...
Claro y en botella

viernes, 19 de febrero de 2010

De bomberos XXII



Los bomberos suben al cielo
buscando las nubes
que están llenas de agua.

Aunque a veces no hay
y es entonces el sol 
el que llena de luz
su soledad funámbula.

jueves, 18 de febrero de 2010

La resignación de los dibujos que me miran









Sentarse a ver la vida pasar....

Decían los Mártires: "Viendo pasar la vida, viendo pasar los años...", o como escribió Honoré de Balzac: "La resignación es el suicidio cotidiano"...

Así pasan las horas...

Aunque a veces nos guste mirar las cosas en la distancia, observar el reflejo de la propia vida y dejarse llevar por una mirada perdida hacia ningún sitio.

Estos cuatro dibujitos de "observadores" que me miran mientras yo los miro me recuerdan que siempre hay una esquina en la que sentarse, una en la que perderse.
Me recuerdan el olor de la cera en el papel, el tacto del trazo que se desliza lento.
Son los deja vù cotidianos de quien no para de dibujar siempre un mismo dibujo diferente.

Y así pasan los días...

miércoles, 17 de febrero de 2010

Las definiciones de un coche a vapor III











Hay un poco de todo, como en botica.
Las definiciones no han hecho sino empezar, y ya se cuelan por aquí la indecisión, la timidez, la desilusión o el otoño.
Todo muy así.

En "El coche a vapor" intentaba usar los recursos mínimos para definir lo máximo.
Sin pasarse, claro.
O para dejar la ventana abierta al espectador, que para el caso es lo mismo. 
Con tres viñetas basta para definir cualquier cosa. 
Cualquiera.

Hasta un bostezo, el aguamarina o un pinchito moruno. Todo es definible.
Principio, nudo y desenlace.

Y ya.

martes, 16 de febrero de 2010

La cabina (Cine Linamar)



He de reconocer que no soy muy de homenajes ni de nostalgia (en todo caso más de esta última) pero no me he podido abstraer del recordatorio colectivo, y el domingo, viendo la gala de los Goya, se me vino a la mente cómo asistí a la proyección del mediometraje "La cabina" de Antonio Mercero, en el Cine Linamar, allá por los primeros años de la década de los ochenta.

Es verdad que era demasiado pequeño para darme cuenta de muchas cosas, es cierto que mis recuerdos de aquella tarde noche son fragmentados y dispersos, pero puedo evocar, aun hoy, treinta años después, el sabor de la angustia.

Todavía colea en mi memoria el eco de un Cine como el Linamar (tan añorado, tan querido) verdaderamente a rebosar. Con el pueblo (ese concepto a veces tan extraño a veces tan difuso) con el pueblo de Nerja tributando un merecido homenaje -y qué mejor homenaje que proyectar la obra de uno- a Antonio Mercero.

Hay cosas que he olvidado.
Creo recordar que aparte de la cabina se incluyó en el programa otro cortometraje (más liviano, menos denso) pero no estoy seguro si eso fue así, ni cual era el otro corto.
Recuerdo que tras la proyección Antonio Mercero, desde las primeras filas (yo estaba bastante más atrás, con mis padres), cogió un micrófono, dio las gracias y ofreció un pequeño coloquio improvisado.
Recuerdo -la memoria selectiva es así- la pregunta de Juanjo Artero (el Javi de "Verano Azul") pero apenas consigo acordarme de alguna pregunta más.

Mucho más presente está  aquel ambiente cargado de un cine donde todavía se fumaba, la presencia de un pueblo que acababa de terminar un rodaje que le iba a condicionar su destino, y los inevitables nervios que da tener cerca a los actores y la fama, toda esa expectación en una sala a oscuras.

Pero por encima de todo sigue el olor del miedo.
Toparte cara a cara con la angustia de la historia, con el horror de lo absurdo, con el miedo a lo desconocido, con la sinrazón de lo establecido.
Esa historia-metáfora imposible de entender para un niño de diez años se introdujo dentro de mí a través de unos ojos bien abiertos.
Apenas si quedaron dentro las carcajadas y las risas del principio del cortometraje. El desolador final (rodado en una central eléctrica, creo que contó Mercero) no dejaba hueco alguno a la esperanza.

Las luces del cine se encendieron, terminó la charla y la gente poco a poco volvió para sus casas, para su vida.
Una gran parte de la realidad -de la mía, de la nuestra- se quedó dentro de aquel cine.




Os dejo con esta versión rotoscopiada, que me trae igualmente recuerdos de mi pasado de animador, aunque en este caso no tan lejanos.

Merci, Mercero...
 

lunes, 15 de febrero de 2010

Viaje a Vietnam VI















Parecía que no pero Vietnam sigue muy presente en mi día a día (hoy he recibido un mensaje de mi yo del pasado, precisamente desde allí), así que volver la vista sobre estas fotografías aún hace que se haga más presente, qué duda cabe.

Hay recuerdos de calor y humedad, y de ser consciente de que no existe el tiempo.
Recuerdos de un enorme país que parece una lágrima pero que no llora sino que vive, que sale a la calle y que grita, que bulle, que compra, que viaja y que se expande.
Y uno que se suma, cual viajero despistado.

Recuerdo los mercados llenos de color y olor; la vida alrededor del Mekong y una comida exquisita; el caos absoluto de motos, urbe y ruido; la tranquila noche de Hoi Ann, mucho menos húmeda y densa que la de Halong Bay, y recuerdo igualmente las miradas de los niños, absortas ante la tierra que no acaba.

Vietnam te ofrece facilidades en su tránsito, a veces con demasiada gente alrededor y demasiado encima pero en general con afabilidad y de un modo cómodo.
Vietnam tiene selva, ciudad, tiendas, montaña, mercados y playa. 

Y es Oriente, claro, con todo lo que ello implica...

domingo, 14 de febrero de 2010

Mañana empiezo XXXXVIII







Estamos de carnaval, y ya podría haberme disfrazado un poco...

Pero no.
Me conformo en transformar al lápiz en mariposa y a la luna en flexo. 
La hoja en blanco pasa de ser un inocente folio doctor Jeckyll a convertirse con apenas un roce en un indómito Mr. Hyde.
Aunque no da miedo.

Luego tenemos a la bombilla, que por mucho que quisiera no puede dar más luz que los ya consabidos 60 W.
Lo mismo podemos decir de la mano que, aunque que se disfrace, siempre le veremos su cara de poquísima vergüenza iluminada tras el maquillaje.

Claro que si no pagamos las facturas, no hay nada que hacer.
Entonces, me sobraría carnaval...

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que el mundo no es redondo sino plano XXV



169) ¿Habéis visto las cataratas del Niágara?
Pues eso.

170) Porque Eusebio Wenceslao da Mata vivió sus primeros 18 años en las favelas de Río de Janeiro.
"Si Río es la ciudad más esférica del mundo" -pensaba para sí- "ruego a Dios que el mundo sea plano".
Y Dios, que aquel día no había salido de marcha y se tomaba en casa un té de lo más tranquilo, decidió hacerle caso.
El único problema es que el mundo es plano, pero no en el sentido que a Eusebio Wescenlao le hubiese gustado...

171) Porque si no las reglas, las escuadras y los cartabones serían esféricas, y dime tú la gracia.

172) Porque los puntos cardinales son Norte, Sur, Este y Oeste.
Y punto.
Si la Tierra fuese redonda habría que haber inventado expresiones del tipo "Curvinorte pa'rriba" o "Curvinorte pa'bajo", que, aunque graciosas en sí, carecen del más mínimo fundamento.

173) Porque de tanta irrefutable razón impecablemente probada, el mundo ya no es "pla-no". 
El mundo es "pla-sí".

174) Porque cuando te dan dos palmaditas en el hombro, esa energía (que no se destruye, sino que se transforma) recorre nuestro cuerpo agradablemente hasta depositarse en la planta de los pies, de donde se traspasa al suelo.
Cuando nos dan dos palmaditas en el hombro es como si se la diesen al mundo.
Y sí, el consuelo, año tras año, ha hecho del mundo un lugar más plano.

175) Porque sin esta razón sólo habría 364, y entonces ya nada, nada, tendría sentido...

sábado, 13 de febrero de 2010

Te quise enseguida



Estuve a punto, sí, pero al final me dio cosa...

Por un momento pensé en convertir esta entrada de "Lo bueno si bre" en una tautología que hace honor a su nombre y no poner más que una historia.
Yes we perro.
Pero al final me vence tanta desvergüenza y me descuelgo con pequeñas historias, breves y sucintas, que se han ido colando por ahí a lo largo de los años.

Muchas he ido escribiendo, y prometo a partir de ahora relanzar esta entrada tan breve y abandonada, pero hoy retomo la idea con una historia antigua que se ha abierto paso entre pájaros y realidad para hacerse entretela.

Lo más gracioso, o no, es que me pasó una vez.
Pero ya no se repite, os lo juro.

jueves, 11 de febrero de 2010

Los peces que bailan las flores de la luna









Los dibujitos porque sí se pueden convertir a la voz de ya en dibujitos por qué no...

Hoy me entretuve en jugar con trazos y texturas de arena y roca. 
Porque sí
Hoy he mezclado los peces con las manos, las flores o la música. 
Por qué no...

Unos dibujitos que se han colado en el espacio de su vecino y donde hasta "Perdidos" tiene su pequeño homenaje. 
Menudo desatre.
Yo me río y dejo a esos dibujitos libres para que se escapen y vuelen donde quieran.
El tiempo se expande hasta la noche y las líneas negras marcan los contornos que no existen. 
Siempre la luna y a veces las estrellas remarcan los vacíos del encuadre.

A su manera.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Las definiciones de un coche a vapor II











Ay, el coche a vapor, que se va quedando vacío...

Menos mal que aún le queda cuerda para seguir definiendo el mundo a su manera sin importarle el viento, las magdalenas duras o un congelador abierto.
El coche a vapor acaba de empezar y tiene por delante un buen recorrido para atravesar ese complicado vaivén que otros se empeñan en llamar "día a día".

Nos demuestra en sus variadas formas cómo le gusta besar, y vuelve a hacerse un lío con eso del amor y la reproducción, que no le sale nada bien, para qué nos vamos a engañar.

A veces está triste, a veces está solo.
Pero solo a veces.

Y es que cuando llega el domingo todo cambia...