miércoles, 10 de febrero de 2010

Las definiciones de un coche a vapor II











Ay, el coche a vapor, que se va quedando vacío...

Menos mal que aún le queda cuerda para seguir definiendo el mundo a su manera sin importarle el viento, las magdalenas duras o un congelador abierto.
El coche a vapor acaba de empezar y tiene por delante un buen recorrido para atravesar ese complicado vaivén que otros se empeñan en llamar "día a día".

Nos demuestra en sus variadas formas cómo le gusta besar, y vuelve a hacerse un lío con eso del amor y la reproducción, que no le sale nada bien, para qué nos vamos a engañar.

A veces está triste, a veces está solo.
Pero solo a veces.

Y es que cuando llega el domingo todo cambia...