Papel y lápiz blando

Para dibujar no hay nada mejor que una noche negra (o cualquier día con la tarde libre), una mesa limpia y mucho tiempo.

Un té (o dos, o tres) para descansar y relajarse es el mejor acompañamiento.

En realidad una de las cosas buenas del dibujo es que te permite hacerlo y disfrutarlo en cualquier momento, casi en cualquier lugar. Ha sido y es el gran rellenador de mis múltiples huecos. En cualquier caso es mucho mejor que la teletienda para cubrir un insomnio. Puedes dibujar diez minutos o doscientos. Pero tira de ti, claro (es así de puñetero) y es fácil que la cosa se alargue siempre.

Dibujar (para mi, claro) tiene un qué se yo que gusta mucho. Y por eso lo hago.

Dadme un papel y un lapiz blando. Mejor que un caramelo.

Viaje a China I

Viajé a China en el verano de 2007. Si siempre es imposible elegir (una película, un libro, un país), tengo que reconocer que ha sido sin duda uno de los viajes que más he disfrutado. En el más ámplio sentido de la palabra.

China es fascinante, inabordable y mágica. Transmite lo inexplicable. Te inunda en lo inescrutable. Es imposible de explicar. Porque no hace falta.

Quiero hacer de este blog un espacio sobre todo visual (al menos por ahora) pero no estaría mal contar las mil y una anécdotas que te surgen en el día a día de un lugar, unas gentes y unas costumbres tan distintas a las nuestras. Todo tan gigante. Todo tan diferente.

Me acababa de comprar mi réflex digital y allí estaba yo, mirándolo todo con los ojos de un niño.

Hacía calor. Y llovía.

Todo era muy raro. Y estaba Shanghai.

Me da que volveré. No será por falta de ganas.

Historia de una mariposa

Si a una mariposa le quitas el polvo que tiene bajo las alas, deja de volar.
No puede, cero, se acabó.
Tiene que ser ese, claro, un polvo mágico que las hace bailar en el viento.
Me quito las gafas, miro al horizonte y muy seriamente reflexiono:
"Entonces lógicamente, si calculamos el peso medio de una persona y cogiésemos el polvillo de aproximadamente mil doscientas treinta y cuatro mariposas…al aplicárnoslo en las axilas, ¡sería posible volar!"
Pero la pregunta no es:
¿estás seguro?
ni siquiera la pregunta sería:
¿estás chalado?,
la pregunta, inevitablemente, tendrá que ser:
¿Creéis que habrá merecido la pena?

Historias mínimas

Y puestos a seguir, continúo por el principio. Al menos si de cortometrajes hablamos.
Mi primer corto de animación, este que os enseño, lo terminé allá por el año 1998. Lo dibujé directamente en ordenador, con una WACOM sobre Silicon Graphics (las O2 de Animart). Es lo que llamábamos animación continua (sin claves). Dos mil quinientos dibujos, empezando por el primero y acabando por el último.
También me divertí haciéndolo, claro, solo que al final me dolía la mano.
Es verdad que el 4:3 se me ha quedado muy antiguo. Con el paso de los años uno se vuelve más estrecho (16:9 cuando menos).

Hay un animador que me encanta: Norman McLaren. Algo hay de homenaje, en estas cartas que vuelan, y bailan, y sueñan.

Dibujando voy

Lo digo siempre: dibujar es una de las cosas que más me gusta en el mundo. Perder el tiempo es otra, pero sí, hay más...

En general, es cierto, me gusta hacer un poco de todo. Aunque hay algo en el dibujo, en el momento de dibujar, que al menos para mí no tiene igual. El tiempo se detiene, se estira, se desvanece. El disfrute es completo. Muchas veces el resultado no se ajusta a las ganas con que uno se enfrenta al papel en blanco, pero da igual. La Ítaca del dibujo es justo el momento en que lo haces. Y lo demás no importa tanto.

Tengo que reconocerlo: la gente que inventó el PAINTER y la WACOM me hizo un rey. Tengo que reconocer que esta cáscara digital con corazón analógico que soy yo, sigue prefiriendo el lápiz, el tacto rugoso del gramaje propio del soporte a cualquier otra cosa, pero dibujar en el ordenador tiene algo de inmediatez y divertimento que me encanta.

Es por ello que dibujo más.

Y por eso que me gusta.

Habrá un poquito de todo (como en las boutiques) y os mostraré dibujitos -nunca mejor dicho- de todos los colores. I promise.

Mañana empiezo I

Empecé esta tira cómica hara unos seis meses. La idea era simple: A los dibujantes, siempre vagos, nos cuesta mucho eso de empezar las cosas. El año que viene, después de vacaciones, esta tarde, mañana...lo más difícil siempre es comenzar a andar.En eso estamos. Esa es nuestra lucha.

Así que decidí crear un mundo donde habitaban fundamentalmente cuatro personajes: dos manos (una disciplinada y con ganas de trabajar, otra vaga y bombera -la reconoceréis por su escalera, claro-), un lápiz con bigotes a la espera de que dibujen con él y un futurible corto de animación.

Ellos nos hablarán de esa lucha interna entre el trabajo y el dejarse llevar.

Todo muy mínimal, en mi línea habitual.

Qué mejor que mostrar las primeras tiras en domingo. Un día lleno normalmente de buenas intenciones para con la semana que comienza. De momento, a la manera de las revistas, iré sumando tiras un día como hoy, una vez por semana.

Os adelanto las primeras seis.

Y no os engañéis. Lo suyo, siempre, es el punto medio.

Viaje a Malí I

Este verano estuve viajando por Malí. Mi primera vez en el áfrica negra. Ciertamente es un país, una cultura y un viaje intenso y fascinante. Con mi cámara fui recogiendo imágenes de todo el periplo. Hacer una selección siempre es difícil. Os enseño unas cuantas y ya habrá más, de este, de otros viajes.

Y sí, claro que sí, merece la pena.

Historias del otro lado I

Escribir historias siempre me gustó. Acompañarlas de dibujos era lo normal. Siempre me junté con gente que dibujaba comics, lo cual evidentemente ayudó.

Así he ido acumulando historietas. La mayoría de ellas articuladas en series (tiras cómicas y bomberas que ya os iré enseñando) y las que no metidas en este cajón de sastre que llamo "Historias del otro lado".

La primera que muestro habla de escaleras. Y de lo de siempre.

Una mañana cualquiera

Vayamos pues.
Este es mi último cortometraje: Una mañana cualquiera. Tras por lo menos siete cortometrajes de animación, ha sido mi primer corto de “imagen real”.
Rodado e interpretado en dos fines de semana, yo solo, con mi cámara minidv y un trípode.
Qué más puedo decir.
No sabéis lo que me divertí haciéndolo.

Saludos bomberos

He visto demasiadas veces “Ciudadano Kane” (¡por lo menos dos!) como para no saber que las declaraciones de principios siempre acaban traicionadas. Así que simplemente os confieso que empiezo esto para obligarme: Obligarme a seguir dibujando, a seguir inventando, fotografiando, escribiendo o rodando (calle abajo). A seguir, en mayor o menor medida, creando.
Y enseñarlo.
Enseñároslo.

He conocido a demasiados dibujantes en mi vida (los días pares me considero uno de ellos) como para no saber que solemos ser vagos y perezosos (que nos dejamos llevar por una mirada, un no sé qué, y todo por nada). Intentaré que esto sea una manera de luchar contra la desidia de mi propia naturaleza. Quién sabe.
Aprovecharé igualmente para mostrar lo ya hecho y así ordenarlo, así sacarlo de los cajones olvidados. Tengo mucho rincones donde buscar, no lo dudéis.

Empiezo con ganas, con demasiadas historias en mi cabeza y sin saber muy bien en qué acabará la cosa. Tampoco es que importe mucho, claro.
A aquellos que se asomen, gracias y que os guste (y si en tres años no cuelgo un post, pensad que mi reloj atrasa).