viernes, 30 de abril de 2010

Los pájaros botones y la línea pillastre














Eso de dibujar y no mancharte el canto de la mano, que no, que no me acostumbro...

Y sin embargo tiene todo ese encanto de lo improvisado, de lo inmediato, de lo "te mato antes de pillarte, pillastre".
Y tiene todo lo que el dibujo es: nada de pensar y sí dejar que vuele, gesto y trazo, la paleta que se abre, las ondas que surcan el soporte y luego veremos.
Pero el peso, se echa de menos el peso...

Aún así salen los carneros felices entre matorrales, salen los pájaros botones de un hotel que no existe, salen saludos tristes y encogimientos varios.
Sale el dibujo dispuesto a mostrarse sobre los pixeles.

Y es que a estas alturas, a quién le importa...

Mi yo del pasado VIII



"¿Ha salido ya el nuevo Juanra 2.0? Si es así apúrate y cómpralo rápido aunque te cueste un poco más, que al final siempre eres el último en pillarte estas cosas..."
Recibido el 6/03/08

"Qué día hace hoy? Me gustaría tanto saberlo, me gustaría tanto saber que día hace un veinticuatro de marzo del dos mil ocho... 
Mira, ahora mismo voy a salir a pasear por el centro de Madrid y me voy a comprar una rebeca y una camiseta.
Si este mensaje te sirve para acordarte de este día vete hacia el ropero, ábrelo y busca. Quítate lo que tengas puesto. Ahora ponte, si hace calor la camiseta, si hace frío las dos..."
Recibido el 24/03/08

"Recordatorio: el día dos de mayo del 2006 pesas (o pesabas) 67 kilos, teniendo en cuenta que llevas los vaqueros pero que te has quitado las zapatillas.
Han pasado dos años, no te digo más..."
Recibido el 18/04/08

"¡¡¡Juanra el horno!!! (es verdad que no todos los días cocinas usándolo, pero si hoy es uno de ellos y resulta que te has olvidado algo dentro, he triunfado."
Recibido el 30/04/08

"¿Quién te iba a decir a ti que un día como hoy tu yo del pasado te iba a mandar saludos y abrazos (tiernos y sinceros, quizá demasiados) desde la sobrecogedora ciudad de Saigon?
Ahora es de noche y estoy ya en el hotel, borracho como una cuba, mandándole un sms a un amigo que todavía no conozco..."
Recibido el 5/05/08

jueves, 29 de abril de 2010

El hombre es el único animal



Como la vida misma...

Y es que siempre lo he pensado: a quién se le ocurre tropezar dos veces, caerte dos veces, humillarte al menos la segunda por repetición y torpeza, y en vez de pensar qué cambiar, qué no repetir, lo que uno hace es crear una frase hecha.
Sí, manda lo que manda.

Pero el hombre también es el único animal que acaba siendo capaz de tropezar tres veces en la misma piedra y no escribir ni una palabra. 
Tengámoslo en cuenta.

Aunque yo me quedo con Calvin, que cuando tropieza da una voltereta y dice "Ta-chan" para sí con la mayor dignidad del mundo.

Qué grande, Calvin...

miércoles, 28 de abril de 2010

Las definiciones de un coche a vapor XII











Sigue el coche a vapor erre que erre descubriendo ese mundo que se abre a él. 
El coche lo observa, lo mira, a veces se asombra, a veces se encoge de hombros, y a veces ni siquiera se da cuenta. 
Y es que él es así, pobrecito.

Aparece el fotógrafo que juega con el pajarito, aunque acaben jugando más con él que otra cosa. 
Aparece la primavera loca y náufraga, que baila entre palmeras, aparece el signo de interrogación que nos cuelga en el devenir diario, y aparecen lo regalos, siempre los regalos, que no paren los regalos.

El coche a vapor sigue a su manera definiendo a ese mundo que lo mira -el mundo a él- y ese sí que se extraña ante todo.
No es para menos.


martes, 27 de abril de 2010

Las cosas cambian (Multicines Gracia)



No puedo evitarlo: adoro esta película.

Aunque no deja de ser verdad que me gustan todo tipo de largometrajes -los clásicos, las raras, mudas, qué se yo, polacas, de acción, todas- tengo una extraña predilección por las películas pequeñas.
Pequeñas como de en familia, pequeñas en presupuesto, pequeñas en despliegues y efectos, pequeñas de cercanas y próximas.
Pequeñas donde lo pequeño es un elogio a la sencillez y a la naturalidad más pasmosa.

Y "Las cosas cambian", el segundo largometraje dirigido por David Mamet lo es, al menos en ese sentido.
Porque en todo lo demás es una película inmensa.
Inmensa en su historia, comedia fina, sutil y entrañable; inmensa en las interpretaciones de Joe Mantegna y sobre todo de Don Ameche; inmensa en capacidad de transmitir, de entregarse.

Granada, 1988.
Con la ingenuidad que daba no haber cumplido los veinte años y con la capacidad de asombro todavía prácticamente intacta.
Con una ciudad como Granada aún a medio descubrir, y con el olor a moqueta definitivamente metido ya en el fondo de mi corazón, ese olor que no se va.

Si algo recuerdo vivamente de los Multicines Gracia eran por un lado sus escaleras -sitio perfecto para esperar sentado- y por otro su vestíbulo central, donde una vez dentro esperabas que los afluentes de gente te dejaran el paso libre a tu butaca.
Y salir siendo ya de noche.
Y subir a Trinidad sin saber quién eres.
Y las calles oscuras, los portales locos.

Descubrir el cine, pasa por ver películas como esta.
Descubrir el ritmo lento y amable, la ironía de los diálogos, la honestidad de los personajes.
Descubrir el poder de la palabra dada, el cuento de la cigarra en versión realista o cómo un pequeño giro de una ruleta loca puede dar una nueva dimensión a la historia.

Y descubrir la honda sensibilidad del acto de limpiar un buen par de zapatos.
La mirada limpia, la vida por vivir, el lenguaje del honor.
La comedia de la vida. Ni más, ni menos.

Viendo "Las cosas cambian" perdí el miedo a las palabras "cálido" o "entrañable".
Y no hay felicidad mayor que dirigirte, andando despacio, a la Plaza Bib-Rambla con una sonrisa -con una media sonrisa- entre los labios y los pasos.

lunes, 26 de abril de 2010

La nariz de la luna



No han sido muchas las veces -creo que esta es la tercera- en que muestro una única fotografía en una entrada con esta etiqueta.

Pero hoy, como las otras veces, no quedaba más remedio.
Porque hoy es la luna la que sale, y eso ya sería suficiente razón.
Pero además es que es la luna creciente del Mar de la China.
Y además es una luna solitaria en un cielo sin estrellas.
Y es una luna que crece y a la que mucho le queda todavía para ser grande.

Pero...
Pero, y esto es lo más importante de todo, es una luna que intenta, que trata, que se esfuerza denodadamente por sacar su nariz hacia afuera y oler el viento de la noche. Es una luna orgullosa que quiere enseñar su nariz sin que nadie se la dibuje ni que aprovechando el Pisuerga le estampen un ojo.
Estamos en la bahía de Halong y la humedad aplana incluso a los franceses.

La fotografía es pequeña, pero si os fijáis bien en la parte central de la curva de la luna ahí está.
Es la nariz, la nariz de la luna, que se abre paso al mundo.

domingo, 25 de abril de 2010

Mañana empiezo LVII







Una variada sucesión de los personajes de la tira...

Lápices que crearán cortometrajes, bombillas a veces encendidas a veces apagadas, cortometrajes que aniquilarán lápices, manos que hablan queriendo dibujar (o no), y folios en blanco que lo son todo porque no son nada.

Y ahí que los ves, a ellos, perdidos, con sus historias.

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que el mundo no es redondo sino plano XXXV



239) Porque Thomas Friedman es un conocido periodista estadounidense, famoso por su ley de los arcos dorados, donde al demostrar que nunca ha habido una guerra entre dos países que tengan McDonald's, infiere irrefutablemente que si todos los países tuvieran McDonald´s no habría guerras.
¿Pues cuál es el libro más vendido del amigo Thomas? The World is flat, qué duda cabe...

240) Porque todos los contrarios se atraen. Eso es de dominio público. 
¿Y por qué pensáis que una pelota lanzada al cielo no se quedaría tan a gusto flotando entre las nubes, mecida por el viento?
 ¿Por qué esa pelota no se pone a dar vueltas en elipse alrededor de una Tierra supuestamente esférica?
Pues por lo que os he dicho. Los contrarios se atraen, y lo redondo es atraído irremediablemente por lo plano.

241) Porque hasta el músculo Redondo Mayor es más parecido a un filete de ternera que a una albóndiga de carne picada, y eso que se encuentra en el sobaco, allá donde todos hacemos estas últimas...

242) Porque según su propia definición, la esfera es el sólido engendrado al girar una semicircunferencia alrededor de su diámetro. Y por mucho que el área de esa esfera fuese 4.3,14.radio al cuadrado, yo personalmente me niego a vivir en un engendro.

243) Porque la Meseta del Collao, también conocida como Meseta del Titicaca, es una extensa planicie y todo el mundo la llama el Altiplano, por la sencilla y única razón de que está un poquito más alta que el reto del plano.

244) Porque Raúl Planas y su conjunto Rumbavana han ido innumerables veces de gira haciendo sus conocidas versiones de Compay Segundo y también algún que otro tema propio.
En las largas noches de verbena y feria, mientras los viejos consumen el último chato de vino y los jóvenes corren a ocultarse tras los pinos en la oscuridad del verde huyendo de los farolillos, el bueno de Raúl sigue que te sigue toqueteando su guitarra.
Impertérrito.
Y con tal ímpetu lo hace, en un ritual ya interiorizado, que clava su talón en la tierra mientras la puntera de su pie se balancea hacia arriba y hacia abajo, marcando el ritmo de sus cumbias y guajiras mientras aplana un mundo que él sabe ya plano, pues por algo se apellida como se apellida, como bien le dijo una vez su abuela Hortensia, que en paz descanse.

245) Porque el mundo es plano aunque haya días en que se nos haga bola.

sábado, 24 de abril de 2010

De pájaros raros y tiempo cubierto









De vuelta a los dibujos que cubren el tiempo.

Y es que los hay que lo arropan, que lo engullen, que lo trasforman, que lo sustituyen, que lo llenan o que lo detienen. Si el tiempo fue, es y será como el chicle, los dibujos lo estiran hasta el infinito.

Si hablo de cubrir es porque esta noche he notado cómo estos pájaros extraños han venido a posarse encima de mis hojas, han decidido tapar para mostrar, dejar de volar y anidarse entre líneas y trama.
Ellos cerrarán sus alas y se abrirán al universo.

Y el tiempo, que ahí estaba, los mira y parpadea lento.

viernes, 23 de abril de 2010

Bartolomé concretando



Ya iba siendo hora...

Y qué mejor día para estrenar (en la red) mi último cortometraje que este 23 de abril, día del libro. Aunque en él se hable de metros, mujeres hermosas y reflejos, no deja de ser un corto que trata -por encima de otras cosas- de los libros y de su poder de sugerencia.

Ya os había hablado de este corto en esta entrada, y también en esta otra, mostrando algún story-board y dibujillos varios, pero hoy por fin enseñamos el conjunto.
Con una duración de cuatro minutos y medio, dibujado a mano y posteriormente escaneado y coloreado por ordenador, he de reconocer que es mi primer cortometraje de animación donde el protagonista resulta un personaje bastante figurativo.

Siempre acabo diciendo lo mismo pero es verdad: Me lo pasé genial haciéndolo
Lo realicé en apenas un mes de trabajo (es bastante sencillo, lo sé, pero también estaba yo solo) y por primera vez incluí también la voz en off.

Tuve la suerte de presentarlo en la última edición de "Cortos de vista".
Posteriormente a esa proyección, hablando con Gustavo Urbano, vimos la posibilidad de añadir -de un modo muy leve- una melodía que él ya tenía compuesta al principio y al final de la historia.
Y le agradezco aquel regalo.

En fin, no hay mucho más que decir.
Es una gozada poder realizar al menos un cortometraje al año (siempre aprendiendo, intentando mejorar, planteando retos o al menos disfrutando) y pasarlo bien con una de las cosas que -como digo siempre- realmente más me gusta, y esa no es otra que contar historias..

Y es que -aunque me encanta dibujar, escribir, fotografiar y demás- sé que en el fondo no soy más que eso: Un tipo que cuenta historias.
Y no es poco.

jueves, 22 de abril de 2010

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que el mundo no es redondo sino plana (Edición especial IV)



No me vanaglorio, pero lo digo: He creado un monstruo.

Defender el mundo plano en 365 razones, a quién se le ocurre...
Cuando se vaya acercando el final de esta entrada (parece mentira, pero ya no queda tanto) os contaré algunas interioridades, algunos porqués del cómo se gestó y qué es lo que lo ha mantenido viva.
Y sí, si queréis que os lo reconozca, ni yo mismo pensé que pudiese durar hasta ahora...

El caso es que siguen apareciendo por doquier gente que piensa lo mismo, sociedades absurdas que lo enarbolan como causa, escritores afamados que lo usan como ficción, y articulistas que se sirven de ello para retratar esta sociedad que nos ha tocado vivir.

Salió en El País (que últimamente está muy por la labor) este artículo de Rosa Montero donde utiliza el título del mismo, "La tierra es plana y hay gente que se cae" como excusa para hablar de los inmigrantes, y de un documental que los retrata.

Y si yo tuviera que defender los derechos de los inmigrantes, estad seguros que no serían trescientas las razones, sino trescientas mil.

Pero ese blog, en otra vida...

miércoles, 21 de abril de 2010

Los fuegos artificiales que se van para atrás



Menuda tamaña explosión de alegría.
¡Qué algarabía, qué desparrame, qué emoción, menudo jolgorio!
¡¡Vaya tarambana!!

Los fuegos artificiales, las luces que destellan ante nuestros ojos en las noches de calor y fiesta, son el paradigma más claro del asombro y la belleza.
Síntoma de besos con sabor a humo, de cabezas apoyadas en hombros, de dedos que se deslizan suaves y acarician cinturas, de un mar plano con sabor a sal y miedo, todo eso con la reconfortante proximidad de tu pareja soñada. 
Síntoma de la sonrisa verdadera, la que se cuela por la traquea para llegar a los pulmones y expandirse locuela.
¡¡Qué hecatombe de placer!!

Pero detrás -nunca mejor dicho- de toda esta preciosa estampa se esconde la más cruel de las ignominias.
El más vergonzante y humillante de los olvidos: La ilusión visual.

Tanto nos sobrecoge la magnitud del evento, tal es el estruendo del artificio, que, indiferentes, olvidamos lo que no vemos.
Y lo que no vemos, aunque a nadie parezca pesarle, son los haces de luz que se pierden en dirección contraria a nuestro punto de vista.

Los fuegos artificiales explotan en esfera. 
Sí. 
Eso lo sabe todo el mundo. 
Pero las malditas ilusiones visuales hacen que tengamos la sensación de que todos vienen en nuestra dirección, a nuestro encuentro.
O sea que por cada filamento curvo que se dirige hacia mí, que se alza altivo y cae lento como una lágrima, hay otro del que ni me percato.

Y ese es mi pirandello.
Él explota y vive y alza y se cae y se va desvaneciendo poco a poco hasta la muerte con toda la conciencia de su ser -de su no ser- ante mis cautivados, absortos y engañados ojos.  
Y ahí que lo intenta, contrayendo su alma para sacar algo más de luz de donde no la hay, y engañar a Boring, a Holway, al mismísimo Emmert y a todos los manuales de percepción visual habidos y por haber.
Pero no hay manera.

De nada me vale que los de "La punta de la mona" sí que lo vean y lo aprecien.
Aquí estoy yo, con los pies llenos de arena, mojada leve la pernera de mi pantalón sin bolsillos, desconcentrado, triste y frustrado ante lo que mis ojos en confabulación con mi cerebro han hecho que me pierda y olvide.

Dónde tú, luz que te alejas. 
Dónde tú, corazón de serpiente que no distingo.
Dónde tú, proscrita lágrima de fuego.
La próxima prometo no dejar 
que el artificio me deslumbre,
e iré más allá
en busca de tu curva.


Y no llores, mujer, que entonces no te veo...

martes, 20 de abril de 2010

Las definiciones de un coche a vapor XI











Definiendo, que es gerundio...

Sigue que te sigue y dale que te dale, inasequible al desaliento, el coche a vapor corretea encima de ese mar que nunca se acaba con la misma destreza y habilidad con las que va dejando en su rastro mil definiciones de ese mundo que todavía no alcanza a comprender del todo.

Mezclando sus sueños multirraciales y pictóricos sin ninguna vergüenza, se descuelga con una ciudad nacida del amor y alguna perlita que los más ambiguos se atreverían a llamar "políticamente incorrecta".
Opiniones todas que a él, quién no se lo imagina, bien que le traen al pairo.

lunes, 19 de abril de 2010

Viaje a Vietnam VII (Delta del Mekong)















El río de la vida, o la vida alrededor del río.

Casas, mercados flotantes, barcas, turistas, comercios, ferrys, escuelas, encuentros, negocios...todo transcurre y se encuentra alrededor de esta maravilla de la naturaleza que se bifurca y se ramifica en un laberinto de vegetación y agua.

Y es este Delta el que marca precisamente el ritmo de la vida y los quehaceres cotidianos de su gente.
La lluvia, las olas o las crecidas determinan cuestiones tan triviales como la compra o visitar a un vecino.
La humedad y las tormentas pueden impedir un viaje o un encuentro.
Y sin embargo el oriundo se adapta y lo acepta, viendo como las palmeras y el musgo acaban siempre por vencerle en la batalla.

Uno no puede olvidarse, cuando se adentra en su corazón de selva desbordada, de aquel iniciático viaje en busca del coronel Kurtz, aún ya sabiendo que ese Apocalipsis en realidad se rodó en Filipinas.
Hay quietud y sonrisas mezcladas con gotas de lluvia y asombro. Hay esquinas de las que brotan niños y orillas pobladas de rama y sorpresas.
El calor todo lo envuelve pero no por ello es menos hermoso.

Un rincón como tantos del mundo, tan lleno de vida.
El río de la vida, o la vida alrededor del río.
El Delta del Mekong.

domingo, 18 de abril de 2010

Mañana empiezo LVI







La nada era eso...

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que el mundo no es redondo sino plano XXXIV


232) Porque cualquier cocinero con dos dedos de frente y un cuchillo afilado cortaría en láminas los champiñones antes de freírlos con unos ajetes, y mucho más si luego tienes la intención de hacer croquetas con ellos.
Laminados. La-mi-na-dos (y es el segundo domingo consecutivo que abro esta sección con comida...)

233) Porque por mucho que a la gran mayoría nos pese, solo hay dos grandes verdades en el universo: a) Que la única libertad real del individuo reside en la mirada, en el hecho de mirar y b) que Dios es lo más parecido a Rita Barberá y el mundo -plano o en vías de- es el Cabanyal.

234) Porque Washakie, jefe de la indómita tribu de los Shoshone, se inclinó sobre las vías del ferrocarril recién terminado por la Wallcot Limited S.L. para comprobar si venía el tren o no.
Esperando pacientes estaba los guerreros más bravos de su tribu, aguardando su orden para lanzarse al asalto de la locomotora.
Y, ya que estaba allí, Washakie pegó la oreja al caliente acero y pudo comprobar -no hay mejor vista ni la habrá jamás- que el absurdo mundo que se extendía ante su mirada era más plano que la mojama.

235) Piénsalo Luego Acertarás Necio Onubense

236) Porque cualquier cosa que sirva para guardar información (el CD, el DVD, el mundo o la tarjetas de memoria Compact Flash) son planas.
Y si lo que queremos es mucha información, planas y gordillas.

237)Porque me lo dijeron en sueños una misma noche donde se me aparecieron los dos mayores héroes de mi infancia: Miguel Strogoff y El Conde de Montecristo.
Edmundo Dantés conducía un Lamborghini amarillo mientras el bueno de Miguel intentaba sin éxito sintonizar Cadena Dial.
Es verdad que me lo dijeron de pasada, pero se les veía bastante convencidos.

238) Porque si nos creemos eso de que todo lo que sube baja, todo lo que baja -silogismo irreductible- debería igualmente de subir.
Pero míranos.
Mira a la humanidad.
Aquí estamos todos desde hace un buen puñado de siglos: en la más profunda de las mierdas, sin el más mínimo atisbo de que alguien pueda sacarnos...

sábado, 17 de abril de 2010

Después de la tempestad



Lo bueno de la lluvia es que te da muchas ideas.
Lo bueno de la lluvia es que moja la tierra y la deja perfecta para que las plantas crezcan, para que las flores se asomen el día que al sol le de por salir y acompañarnos por fin en esta primavera loca.
Lo bueno de la lluvia es que puedes elegir si verla tras el cristal con un té entre las manos o salir a correr mientras mezclas su caída con el sudor del esfuerzo.
Lo bueno de la lluvia es la lluvia.
Siempre la lluvia.
Y después de la tempestad, con la lluvia de por medio, viene la ducha.

jueves, 15 de abril de 2010

Sostiene moflete















La mayoría de las cosas que hago, las hago sin saber.
Eso es así.
Pero cuidado, no todas.

Cuando te acostumbras a estar todo el tiempo haciendo cosas, muchas de ellas -digamos que la mayoría- surgen porque sí, surgen sin saber muy bien por qué, pero hay otras (no son muchas pero ahí están) que las realizas escrupulosamente tal y como las tienes en la cabeza. 
Sin saltarte una línea, sin saltarte una coma.
Exactamente lo que quieres y como quieres.

¿Cuál de estos dos es el caso de los dibujos que ahora enseño? 
Eso no lo voy a decir.
Eso me lo quedo para mí, pero sí que conozco bien -muy bien- el aroma que respiran, dónde viven, lo que han comido antes de salir, de qué pie cojean y cómo se llaman sus madres.

Y sí.
Eso, aunque no lo entienda ni yo, es así.

miércoles, 14 de abril de 2010

De bomberos XXVI



Los bomberos no son muy de correr y sí más de esperar a que las cosas les vengan por sí solas.
Mucho más de Mahomas que de montañas, dónde va a parar.

Pero a veces se calzan sus deportivas blancas y salen a la calle en busca del mar, de la lluvia en los ojos y del viento en el alma. 
Esperan a media noche, la hora donde se ama y se olvida, y se dejan querer por las farolas, los perros y las sombras.
Aunque sin pasarse, claro.

Se sienten ridículos de chandal y sudor de piel roja cuando apenas llevan ciento treinta metros, pero recurren al canturreo y se concentran en contar las losetas partidas por el tiempo.
Y ahí que te siguen.
Respiran con dificultad bajo su carcasa de acero y tardan en encontrar el ritmo, intentando en vano que el paisaje que sale a su encuentro no acabe teniendo la estúpida manía del desenfoque.
Aunque no se desaniman fácilmente y en su batalla buscan algo más que el olor del musgo, buscan algo al que poder llamar derrota digna.

Cuando arriban a casa tanto se les mezcla el sudor con la euforia que no saludan ni a ese buzón que no abren ni al ascensor que les sube.
Ellos sabrán.
Tan ingenuos son que después de veintitrés minutos al trote piensan que le han ganado la batalla al tiempo y que ahora son veintidós minutos más jóvenes -ellos y sus cuentas-, aunque ya en casa, con el zumo y la bata, comprenderán que de haberse quedado habrían podido terminar de leer sin prisas el manual de la thermomix y hacerse de cena una confitura.

Antes de irse a dormir recuerdan la cantidad de cosas que se cruzaron en su carrera (novelas, amores, películas y vales descuento) y piensan en repetir sin que pasen cinco años.
Todo lo demás, mañana, serán recuerdos, ventolín, la lluvia que no cesa y las tan temidas agujetas.