Lo bueno de imaginarse un futuro lleno de dibujos es que -aunque sabes que no será así- al final alguno caerá.
Lo bueno de imaginar que creas es que acabas creando, aunque sea con tu imaginación.
Y qué más puedo pedir.
Lápices que sueñan sus últimos días, canciones de Pata Negra, futuros que no asustan y lunas que se cercan a la nada.
Todo está ahí para ser inventado, y yo miro por la ventana...