No hay que empeñarse en negarlo cuando todo está tan claro.
No es necesario oponerse si en el fondo sabemos que es así.
Para qué empeñarse en decir que no, si todo acaba saliendo a la luz.
Cada día que pasa los lados se confunden, y en estas historias de orillas y riberas los ríos se expanden, llenando de agua la tierra, llenando de sueños el mañana.
No hay que empeñarse en negarlo.
Pa qué.