Jugar con los trazos que se desgranan en el azul de un cielo...
Disfrutar del trazo en un pequeño trozo de papel para después continuar disfrutando de la imagen jugando con las máquinas y la composición...
Muchas veces el dibujo no es más que eso.
He insistido por activa y por pasiva en estas páginas: el dibujo es juego.
A veces es pérdida de tiempo.
A veces es reencuentro con el tiempo y en la mayoría de los casos es acompañamiento del tiempo no más.
Si uno sueña o vive mientras dibuja es difícil saberlo, pero acabas por ser consciente de que sin que puedas evitarlo se ha convertido (como el comer, como el cine) en algo inevitable en tu vida.
Y no se te ocurre pedir perdón por disfrutar con ello...