martes, 26 de mayo de 2009

Donde el mar acaba IV







Quería hablar de esta penúltima entrega de "Donde el mar acaba", quería hablar de la tristeza infinita o de cómo se pueden confundir las nubes con los pensamientos, pero hoy me ha ocurrido una cosa de lo más curiosa:
Salgo a la calle, de paseo con la perrita y a una tienda de fotos. Hace calor y la caminata se acorta. Me planto frente al portal de mi piso, abajo en la entrada, y hago un inútil intento de abrir la cancela con el pen drive. ¡¡Con el pen drive!! 
Nadie se ha dado cuenta, pero cuando me miro en el reflejo del cristal de la entrada me siento bastante ridículo.
Necesito unas vacaciones ya...