De vuelta a la ¿rutina? de los tiempos, los horarios y demás, vuelven también las entradas de este blog, últimamente tan abandonado, con el coche de bomberos.
En estas dos historias el barbudo coche se encuentra con un más que curioso hermano gemelo, y se afeita y viaja con una facilidad pasmosa.
No existe la rutina para nuestro amigo, y aunque no muchas, todavía le quedan algunas sorpresas en ese mar que siempre le acompaña...