jueves, 24 de marzo de 2011

Las definiciones de un coche a vapor XLV











La cosa continúa con sus juegos de espacios, viñetas y encuadres.
Y es que si el coche a vapor se empeña en definir el mundo que lo acoge, cómo no podría ser que no se fijase en sus propios muros.
Por el camino perderemos techos, nos empujarán, encontraremos tijeras o nos multiplicaremos en el espejo, aunque siempre nos quedará el sencillo destino del acercamiento.

Y si nos acercamos mucho, mucho, ya sabremos...