miércoles, 9 de febrero de 2011

Historias del otro lado XIX



De ausencias y de gomas.

Unas sí, y otras no tanto.
Siempre imaginé a las ballenas con tirantes, entre lo elegante y el absurdo, pero los Papas ebrios sí que me dan miedo.
Uno es bastante echado para adelante y suele convertir el miedo en respeto, tampoco nos vayamos a pasar:
California, las avispas o los agujeros en los calcetines.
El mañana, la Super Bowl o un paradigma indescifrable.
Hay muchas cosas.
Lo mejor para que se te pase el miedo es irse a pasear por la orilla del mar, y comprobar cómo el azul se confunde al infinito.

Y entonces sí, qué más da que te roben una buena go, que más da se lleven toda tu ausen.