sábado, 24 de octubre de 2009

Los pájaros desaparecidos









Los pájaros que desaparecieron el miércoles de mis viñetas estaban escondidos con forma de dibujo en mis cajones más profundos.

Eran pájaros desierto, con líneas temblorosas, pájaros cinco, pájaros que bailan entre tempera.
Estaban escondidos sin querer volar, dormitando en un tiempo olvidado entre la oscuridad y la búsqueda azarosa de unos papeles inexistentes. Escondidos de sí mismos.

Los pájaros que desaparecieron de mis viñetas desaparecieron hace ya mucho tiempo. 
Quizá sean los de los cajones, quizá no.
 
Los pájaros desaparecidos dejaron su rastro en mi espíritu en forma de recuerdos.
Quizá fueron siempre recuerdos.

Los pájaros de los cajones (y no hagáis chistes), a su manera, también estaban desaparecidos: escondidos, agazapados y dormitando su tinta a la espera de un imposible despegue que no llega. 
Que nunca llega.

Pero los pájaros de sueños y recuerdos nunca desaparecen.
Los pájaros de recuerdo y sueños viajan siempre conmigo aunque su presencia sólo se haga patente en determinadas ocasiones.
Sí.
Los pájaros desaparecidos son el Guadiana de mis días.