lunes, 19 de octubre de 2009

La penumbra, un piano, silencio, la música







Hoy he estado escaneando negativos y he descubierto pequeños tesoros escondidos en fundas de plástico.
Hoy me he reencontrado con el Formato Medio y algo -pequeñito pero con fuerza- se ha encogido dentro de mí.

No es ya la discusión de calidad, practicidad o megapíxeles, que todos podemos estar más o menos de acuerdo.
Se trata de otra cosa.
Yo hablo de lo intangible...
Se podría hablar propiamente de la profundidad del negro, de la textura, de esa manera de recoger la luz... Pero aún así yo voy más allá. Se trata de algo táctil pero etéreo. Hablamos de una cuestión de sentimiento. 
De sentido y de sensibilidad.

Algo hay en el Formato Medio que enamora. 
Lo artesanal, lo meticuloso, la paciencia... Es otro ritmo, otro concepto, otro todo.
Quizá pertenezca al pasado pero aún conserva un pequeñito hueco en nuestro presente.
Es ese rinconcito olvidado que aunque parezca que lo hayamos olvidado sigue ahí, esperándonos, sintiéndonos, queriendo encontrar el momento adecuado para el reencuentro.

Y es lo que he dicho al principio: hoy me he reencontrado con el Formato Medio. 
Sí, ha sido hoy.

Había en esos negativos un ensayo de un pianista de jazz, Toni Heimer, que pertenecía al "Amelia Bernet Quarter" y que actuaron aquí en Melilla en 2005, durante las IX Jornadas de Jazz que organizó la UNED. 

Algo hay en estas fotos de ese ambiente que se respiraba en el escenario casi vacío de la UNED. 
Toni concentrado con sus gafas oscurísimas enmedio de la penumbra, acariciando lento el piano y haciendo nacer de la nada unos sonidos envolventes.
A veces silencio, a veces música.
Y yo, pobrecito de mí, intentando a duras penas capturar el instante, ese momento.