Los martes son de los pájaros.
Se lo ganaron a fuerza de venir y volar, y ahora se han quedado.
Estas tiras son paradigma de lo que quise con este blog y que he acabado encontrando:
Empecé a dibujar estas historias en la época universitaria, hace ya más de veinte años, y tenía poco más de un centenar guardadas en un cajón.
Les quité el polvo, las adecenté y las fui mostrando poco a poco.
Pero cuando se acabaron, aquellas primigenias, el cuerpo me pidió más y no me quedó más remedio que entregarme de nuevo a ellas.
Hoy suman casi cuatrocientas las historias de pájaros y desamor, y no veo que se vayan a acabar mañana.
De hecho, curiosamente, me parece que he tardado más en leerlas y seleccionar las que ahora enseño que lo que habría resultado de ponerme y hacer cinco nuevas.
Ya dije que últimamente me piden salir de aquí (así son los pájaros, siempre con ganas de vuelo) y yo no sé si sabré, yo, que soy muy torpe...