martes, 4 de octubre de 2011

Pájaros LXXIII











Porque merece la pena una vida sin jaula pero llena de atrapes.
Lleve donde nos lleve el viento, señale donde señale el pico, vaya donde vaya el mar.
En esa orilla nos encontraremos.

Y si nos toca esperar al otro lado, dejémonos acompañar, al menos, con un leve pero intenso olor a nata y recuerdo.