274) Porque si sumamos, si simplemente sumamos, que es lo más bonito que hay, no nos debemos quedar en lo fácil.
Hay que sumar miedos a impulsos, dudas a riesgo, vida a sueño.
Hay que sumar iniciativas a las incógnitas, verdiales a los fajines.
Sumemos el mar Adriático a cuarenta y dos tomates, la gelatina de manzana a una lágrima que está por venir.
Sumemos diatribas a devenires, collares a pellizcos, bandoleras a sandalias de esparto.
No nos quedemos en la suma fácil.
Sumemos, aún sin saber.
Sumemos, y que sea lo que Pitágoras diga.
275) Porque UNO + UNO = UUNNOO
276) Porque en cada rincón del alma de un 1, este guarda el enigmático secreto de convertirse en dos.
Así que, paradojas de la vida, 1+1=4.
277) Porque Ildefonso Abantos Pérez trabajó en una máquina de tabaco casi toda su vida laboral, hasta que lo despidieron por la crisis.
Él vivía dentro de la máquina expendedora, claro, y se encargaba de recoger las monedas que la gente echaba.
Luego, con una linternilla que su jefe había comprado en el chino, Ildefonso trataba de contar las monedas para rebuscar en su bolsillo (la estrechez del sitio hacía esta operación altamente dificultosa) el cambio que devolver al cliente.
Si algo odió Ilde de su trabajo todos esos años fue que hubieran instalado un convertidor de voz que cambiaba su grave y profunda tonalidad en una más parecida a la de una mujer.
"¿Por qué no puedo decir "su tabaco, gracias" con voz varonil?" se preguntaba con toda la razón del mundo. No es justo.
El caso es que nadie tuvo nunca queja de la profesionalidad de Ildefonso, y como auto homenaje a tantos años de dedicación exclusiva, diez minutos antes de que terminase su último turno, y ante una pareja de jóvenes que se acababan de tomar un café en el local donde se situaba la máquina, Ildefonso les obsequió con un paquete de Camel después de que la chica echase dos monedas de un euro.
1€+1€=1 paquete de Camel.
278) Porque una vez hice una tira que se llamaba "Mañana empiezo" y justo después le sumé otra tira. Pues bien, llevo 706.
También ocurrió otra vez que hice una tira que se llamaba "Pájaros", y después le sumé otra tira, tal que ahora llevo 335.
Sumar tiras es una locura maravillosa que yo, personalmente, espero que no acabe nunca.
279) Porque si a una vida le sumásemos otra vida, se nos llenaría el tiempo de aburrimiento, hastío, tiempos muertos, inactividad, desidia (ah, ah, al borde del mar) apatía y desazón.
Vivamos la única, la que tenemos, sin sumar más que ganas de que no se acabe, pues casi sin quererlo todos sabemos que 1+1=0.
280) Porque no se dice un o, se dice una o.