Nunca me importaron demasiado las cifras (en general, se entiende) pero eso de rozar el centenar de entradas con esta tira se me hace extraño y orgulloso a un tiempo.
Noventa y nueve domingos -han sido más aunque no muchos desde que arrancó este blog- dan para mil y una anécdotas, para diez mil curiosidades.
Todavía no sé muy bien qué haré cuando llegue ese momento, pero alguna habrá que contar, que para eso estamos.
En todo caso, lo de ser bastante organizado hace que sepa que dicha celebración se postergará dos semanas, pues la que viene andaré lejos, y no soy de forzar las cosas.
Así que dejemos a la mano a las puertas de las vacaciones, a las puertas del centenario, y a las puertas de un mundo que se empeña en esperar a mañana para poder abrirse.
¿Mañana empiezo? Permíteme que lo dude...