Líneas. líneas y más líneas.
Rayajos.
Trazos que se desparraman para perder el tiempo -también para encontrarlo- y equilibrar así ese tiempo que se fue, ese tiempo que poco a poco se aposenta en las esquinas.
Dibujar es muchas cosas -¡tantas!- y también es un factor de rutina que nos reencuentra con los familiares olores de los rincones de la casa.
Dibujar es por tanto recuperar el día a día, recuperar la casa, calentarla y hacer que se pierda por favor ese olor a cerrado y vacío.
Líneas, líneas y más líneas.
Rayajos que regresan para que todo vuelva a ser como siempre.
El tiempo que se recupera.
El tiempo que se pierde.
Que se escapa.
Dibujaré una valla, sí, aunque no creo que sirva.
Se seguirá yendo el muy malandrín.