Y diga cuarenta y cuatro...
Cuarenta y cuatro maneras de no decir nada, cuarenta y cuatro maneras de perder el tiempo de un modo inmisericorde, cuarenta y cuatro maneras de que nunca sea mañana...
Bombillas que se van calentando conforme avanza el día, beber olvidar y dibujar todo en uno, mesas de dibujo que notan el paso del tiempo pese a cómo estén hechas.
Fisioterapeutas que entran en liza, apagones eternos o amores que empiezan y que han venido para quedarse.
Los dibujos se van sucediendo sin que parezca que el tiempo pase.
Y sí que pasa...