Pediste quietud y no lo entendí.
"No llames, no me busques" pediste.
Flores en un jardín,
miradas escondidas.
No llamé, no te busqué y estuve quieto.
Miraba el mar
tranquilo en la ribera.
Tuviste quietud y no lo entendiste.
Esperaste mis ojos,
tras la calle mi voz
detrás en la distancia.
Y así transcurrió la vida .
Otros amores llegaron,
nunca entendidos,
siempre pensados,
nunca esperados.