Descansar del dibujo dibujando no debería ser una opción.
Pues ha sido.
Descansar es olvidarte y evadirte, desconectar y reciclarte, dejarte llevar y no acordarte.
Pero no he sido capaz...
Estoy en estos días ultimando mi nuevo corto, donde se vuelven a compaginar dibujos y poca vergüenza, y aunque me siga empeñando en hacer "cortos con dibujos" más que "animación" propiamente dicha, al final algo de dibujos hay, no es tamaña la desvergüenza.
Por eso en los tiempos muertos de relax y desconexión debería ver una serie, leer un libro o simplemente descansar, pero no puedo.
Cojo el lápiz óptico, enciendo el ordenador y mi cabeza vuela alrededor del trazo.
Ya he dicho en más de una ocasión que dibujar directamente con la tableta gráfica te da mucha libertad, y al menos, aunque siga siendo erre que erre, te entretiene igualmente.
Dibujar para descansar del dibujo es definitivamente, pese a todas las salvedades, un poco insensato.
Dibujar sobre dibujos es como aquello del pan con pan, que tanto nos gustaba.
Lo malo, me temo, es que ya he descansado lo suficiente.
Ahora, vuelta al dibujo...