miércoles, 4 de noviembre de 2009

El peor solo de guitarra de la historia


Sí, lo sé.
Hay cosas que no deberían mostrarse, y esta es sin duda una de ellas...pero lo prometido es deuda.
Y no voy a arrepentirme...

Detrás de toda imagen hay una historia, y lo mismo pasa tras este audiovisual. 
La historia es la que sigue:
A unos amigos y a mí nos ofrecen la posibilidad de ir como público a un programa de televisión veraniego itinerante de Canal Sur.
Como pagan bien, vamos.

Una vez que nos presentamos en el parador de Nerja, al principio nos confunden con "los músicos", cosa que efectivamente no somos, pero como al final "los músicos" no se presentan nos piden si podemos asumir ese papel.
Será fácil: Nos colocamos los instrumentos y hacemos como si tocásemos. La emisión del programa será en riguroso directo, pero el sonido de las actuaciones musicales -obviamente- en diferido.
Como pagan más decimos que sí.

A mi me preguntan si he tocado la guitarra eléctrica alguna vez y respondo que claro.
La verdad es que NUNCA me había colocado una pero sabía lo que todo buen músico de guitarra debe saber: Que para los acordes todos los dedos tapan los trastes y la otra mano rasga las cuerdas, mientras que para los punteos aprietas duro con los dedos -que se mueven muy rápido- y con la otra mano tiras pellizcos a las cuerdas.
Rasgar-pellizcar, no falla.
No puede fallar...

El problema, el único problema, puede venir con la emoción súbita de la música.
Y yo me emocioné.
Por lo visto (no lo recuerdo bien) me emocioné tanto que en el punteo me puse en pose heavy como un poseso y de espaldas a cámara.
Es por eso que el realizador, en ese momento sublime, pinchó la otra cámara.

Un momento de gloria echado a la basura.
Todos los zappings del mundo perdieron en ese momento su más alta cota: el peor solo de guitarra de la historia.

Después de aquello seguí tocando aunque en una nebulosa. Podréis fijaros cómo al final de la canción, donde vuelve el punteo, lo toco tan tranquilo entre acordes. Dinamito para la posteridad la dualidad rasgado-pellizco.
Con lo fácil que era...

Impagable es el video en sí, impagable la canción, el artista e impagable la presentación del mismo que hace la conductora del programa.
Aunque después llegué yo y los eclipsé a todos.

Sé que no debería mostrarlo, pero esto pertenece ineludiblemente a lo peor de mi vida...
Y no se volverá a repetir.
Cuando terminé me pagaron más, y me fui feliz.

Al día siguiente -la televisión es pura mentira- la gente me paraba por la calle y me decían: "Joder, Juanra, no sabía que tocaras la guitarra".

No, yo tampoco.