Uno siempre vuelva a casa.
Mi casa son los trazos que se iluminan desde el negro. Son los colores compartidos, las rayas que se olvidan, las sombras que se rebelan.
Mi casa son las líneas que bailan sin pensar, las tizas que se superponen sin saber, la textura que emerge casi sin querer.
Uno siempre vuelve.
El dibujo es el hogar, y allí dentro siempre siempre se está calentito.