Los animales piensan porque no pueden fumar.
Los animales piensan y sus reflexiones se pierden en el aire.
Los animales piensan y se imaginan volando como sus propios pensamientos. Se diluyen frente a estrellas, se sumergen cual peces y se raspan la vida pensada a golpe de cera en papel Canson.
Los animales piensan y -cual humano imperfecto- se guardan los pensamientos para ellos, en espera de una mirada cómplice.
Los animales piensan de perfil porque siempre fue más fácil. Se imaginan balanceándose en un columpio tan gigante como el líder de su manada.
Los animales piensan y callan.
Los animales piensan,
y luego resisten.