jueves, 17 de diciembre de 2009

Un pájaro en el fin del mundo








No vuelven estos dibujos porque sí, porque nunca se fueron.
Me acompañan en las paradas de metro, en los descansos del trabajo, durante las reuniones, en los sueños de la siesta, mientras aguardo un bus que nunca cojo.

Dame todo
dame nada
peleando por una estrella
entre las flores
(un pájaro en el fin del mundo
que se posa en tus arcos)

Nada cuadra ni se necesita. 
El tiempo pasa que es lo que cuenta.
Nadie da nada, no hay ni peleas porque las estrellas están demasiado lejos y los pájaros del fin del mundo siguen allí, posándose donde primero pillan.

Los dibujos porque sí son de lo más agradecidos.
Ni protestan por su espacio furtivo ni reclaman más blanco que el que inunda su escenario.
Yo les dejo flotar, y ellos me devuelven historias.

Otro día las cuento.